Extranjera la voz

Extranjera la voz, está buscando
un detenido sueño que en las piedras
sea tonada viva entre los cuerpos,
mientras la extensa noche que los cubre
deje bordar riberas en sus sombras
y un horizonte sólo y sin estigmas.

Hace un tiempo recorre con premura
asfaltos fermentados por el miedo
y voces que sin ser palabra, tristes,
viven atadas, muertas, en los siglos;
a veces se detiene entre los campos
y da un beso a las flores más distantes.

Hay presagios de luz en las pupilas
y el acento del pan está rompiendo
la escafandra que oculta su milagro;
cada palmo de tierra debe abrirse
mañana, cuando el alba torne atenta,
hacia un mundo de labios que cabalgan.

Acá en el beso gris de los espejos
sigue mi voz su trote de centauro
y funde a las raíces su destino,
con su trémula lluvia de canciones
busca, simple, dejar en las miradas
una oruga de sol que nace espiga.​

 

Otra vez de ciudades, amigo mío. De ciudades desoladas donde a veces se busca la eseranza. Saludos.

 

es que yo vivo en Dresde, una ciudad al este de Alemania. Y de alguna forma he sufrido por eso del desarraigo cultural, ahora hablo aleman casi todo el tiempo. Ahora tambien recorro historias, consumismo y ojos que me ven con desprecio. Y de eso hablo, de que nuestra posibilidad de un mundo sin colores no se quiebre para siempre, de que estas sociedades modernas no pierdan la poca luz que les queda. Abrazos.