Vuelve a gritar

Camino embriagado.
Lástima que la acera tiembla.
Siente miedo de mis rasguños.

Estoy en la dirección justa.

Fumo aerosoles
medievales y espejos rotos.
Los labiales me estrujan...
Quieren penetrar mis llagas.
No dejo que lo hagan.
Insisten.
¿Quién quiere lastimarme?

Estoy en la dirección exacta.

El oráculo finge herirme.
La bruja me está mirando.
Quiere seducirme.
La acera vuelve a gritar.
Le duele que la maltrate.
Estoy cenando con él.
Después de la medianoche soy hombre.

Estoy en la cruz de mis palabras.

Hago el amor con mis recuerdos.
Mi oráculo despierta sangrando.
La bruja me besa furiosa.
Sus llagas me lastiman el abdomen.
¡Es un disparo!

 

Buenas líneas con un desenlace poderoso.

Gracias Carlos por compartir tu versar.

 

Tremenda pesadilla
un placer leerte
un beso
Rosario

 

Un saludo Cesar...

 

intenso poema... surrealista a borbotones... quizá las fantasías del subconsciente materializadas... saludos. Suerte.

 

¿Cruda realidad o sueño distorsionado?. En todo caso, hay persecución y rebeldía... y eso de estar en la cruz de las palabras... ¿no sugiere encrucijada, disyuntiva, elección, conflicto?. Interesante poema. Un placer discurrir por él. Afectuosos saludos, Daniela.

 

Hola imagenes que esconden el real significado de tus palabras. Saludos
¡SONRIE!