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La Juana Letelier

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por Agua, 30 de Marzo de 2012. Respuestas: 2 | Visitas: 385

  1. Agua

    Agua Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    19 de Agosto de 2009
    Mensajes:
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    Me gusta recibidos:
    105
    [FONT=&quot]La más linda de todas
    los ojos más brillantes... la más blanca piel.
    El pelo más sedoso:
    Se llamaba Juana Letelier.


    Soñaba con el amor
    y su familia formar
    pensaba que un buen hombre
    un día la iba a amar.


    Y entre los jovencitos
    que Juana conoció
    uno le propuso ser su novio
    y Juana feliz aceptó.


    Pero corrido un tiempo
    el amor del novio murió,
    se puso frío y distante
    y Juana se desencantó.


    Juana quiso conversarlo
    y al novio enfrentó...
    este se paró al frente
    y con soltura expresó:



    [FONT=&quot]"Eres tú la diferente
    [FONT=&quot]siempre he sido igual yo.
    [FONT=&quot]Mejor sigamos otros caminos
    [FONT=&quot]si no me quieres como soy".


    Juana buscaba el amor de un hombre
    que la quisiera así, tal cual.
    Pero todo aquel que ella besaba
    respondía siempre igual:


    [FONT=&quot]"Eres una flor tan bella
    [FONT=&quot]que no te merezco como mujer.
    [FONT=&quot]Encontrarás seguro a alguien
    [FONT=&quot]que valore todo ese querer..."


    Entonces con el corazón partido
    y muy herida su voluntad
    Juana volvía a empezar de cero
    y a buscar corazón a quien amar.


    Pero ya no quería sólo besos
    ahora quería tocar.
    Tal vez si cedía un poco
    mejor la iban a apreciar.


    Y regalando caricias
    dulces como miel de un panal
    recibía esta respuesta
    una y otra vez, sin cesar:


    [FONT=&quot]"Tu dulzura y candidez
    [FONT=&quot]son más de lo que pude imaginar.
    [FONT=&quot]No quiero hacerte daño, Mi Pequeña.
    [FONT=&quot]Ya encontrarás a quien amar".


    Entonces la triste Juana
    no sabía qué entregar.
    No quería estar más sola
    tanto amor se le iba a secar.


    Y siguió conociendo hombres
    de distinta raza y distinta edad.
    Probó tantos besos y tantos abrazos,
    sintió el sabor del azúcar y de la sal.


    Y en esos caminos un día
    encontró un distinguido señor...
    tan prestante parecía,
    tan elegante y encantador...


    Y comenzaron a frecuentarse
    la bella Juana y el apuesto Doctor.
    el corazón de la niña se aceleraba
    cada vez que oía su voz.


    La dulce última noche que se vieron
    sobre rosas hicieron el amor.
    Cuando reposaban con abrazos sus cuerpos
    le dijo a Juana el Doctor...


    [FONT=&quot]..."Que maravilla he encontrado
    [FONT=&quot]entre tus brazos, amor.
    [FONT=&quot]Pero tengo esposa, soy casado
    [FONT=&quot]olvide antes decírtelo..."


    Y Juana sintiéndose sucia
    del motel corriendo salió...
    Si no eran besos, ni abrazos, ni sexo...
    ¿Cómo encontraría el amor?


    Y a su vida llegó un poeta
    que trabajaba para el amor
    había escrito cientos de versos
    y guardaba alguna desilusión....


    Y después de que en la piel de Juana
    escribiera unos versos con su sudor
    se fue de su lado dejando un papel
    que al amanecer Juana leyó:


    [FONT=&quot]"No hay Sirena más preciosa
    [FONT=&quot]ni besé labios más dulces que los tuyos.
    [FONT=&quot]Pero soy Gaviota que vuela libre
    [FONT=&quot]no puedo aceptar el amor suyo...."


    Pasaron muchos meses
    en los que con todos se acostó.
    Quería aprender cómo se hacía
    lo que al primero tanto le gustó.


    De vez en cuando le interesaba
    uno que otro señor....
    ...Pero siempre era la misma cantaleta...
    [FONT=&quot]"No eres tú... Soy yo..."...


    Y en todos los rostros de sus amantes
    Juana veía nacer el amor.
    Se desilusionaba más temprano que tarde
    y así, de a poco, su fuego se extinguió.


    Ya no creía en nadie,
    era como una sombra en la ciudad.
    Los hombres eran como entes torpes
    que la miraban pero no la sabían observar.


    Y cansada de tanto buscar
    se sintió agobiada y escapó.
    Quiso respirar fresco y viajó al mar
    frente al que toda la tarde lloró.


    No se dio cuenta, por estar triste,
    que atrás había un señor
    que la miraba insistentemente
    apiadado de ver tanto dolor...


    Quiso Juana juntar sus lágrimas
    con las aguas del inmenso mar
    y hacia las mareas, de pronto
    se lanzó a caminar.


    Desapareció entre las olas
    y al océano abrazó...
    ...Nadie pudo sujetarla
    y en la mar, se ahogó.


    Y el Señor que la miraba
    jamás lo pudo entender.
    ¡Le hubiese encantado simplemente pasear con ella!!!
    ¡Con la Juana Letelier!!!!!




    ----------
    Macarena V. Quevedo
    (Agua)
     
    #1
  2. tlaxitinilitztli

    tlaxitinilitztli Invitado

    muy bonito me ha gustado mucho, la historia, los versos, trste historia que se repite una y otra vez, mi saludos.
     
    #2
  3. Agua

    Agua Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    19 de Agosto de 2009
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    105
    Mi querido Poeta, hay demasiadas Juanas Letelier en el mundo, menospreciadas por amores que nunca supieron valorar su forma de amar.

    Muchas gracias por pasar, y por tu comentario.

    Un abrazo

    Agua
     
    #3

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