Soneto de Invierno

Fui buscando el reverso de la flor y del fruto,
me adentré en las cavernas que guardan, escondida,
la semilla que encripta la llama de la Vida
en la telegrafía de un latir diminuto.

En el corazón duro de su universo helado,
hundido en el abismo del hielo sempiterno,
por la Vida dormida interrogué al Invierno,
pidiéndole la llave que aplaca su reinado.

Sus ojos, entre brumas, abrió y, en su mirada,
a la luz apagada que la Luna cediera,
sólo entreví el letargo de un alma abotargada.

Con la voz cavernosa, tras de un siglo de espera,
una sílaba dijo, en la penumbra helada:
-SOL-, conjuró y, al punto, ¡se abrió la PRIMAVERA!


San Petersburgo, 20 de febrero de 2006​

Imagen por cortesía de: http://www.ensistemas.com/images/Cueva hielo.jpg

 

BUEN TRABAJO AMIGO FRANCISCO
escribes muy bien
suerte
HADITA​

 

un estilo romantico pleno poetico

 

Muchas gracias, Hadita. Que tu varita mágica me guíe y me acompañe.

Francisco Redondo.

 

Muchas gracias, Rodolfo. Un juicio muy amable de tu parte.

Un saludo,

Francisco Redondo.

 

Muy buen Soneto amigo Francisco, un nuevo sonetista en este portal, excelente.
Me gusta tu estilo.
SALUDOS.
Alaric.

 

Muchas gracias, Alaric. Nos veremos.

Un saludo,

 

Maravillosa la forma en que describes el cambio de estación en este soneto. Más estrellas.

 

Y este es fruto de una visita a Rusia en invierno, con el rio Neva con dos metros de espesor de hielo y el mar Báltico, transitado por los automóviles. Mis consuegros rusos me brindaron esta oportunidad, que tanto deseaba ... y surgió el poema.

Gracias por tu amable recorrido por mis letras. Un abrazo,