EngaÑado

Nada más llegar lo supo. El silencio del aquel sitio le decía que fue engañado y entonces refirió los hechos.
Quedó sorprendido y sin darse cuenta hablaron un tiempo largo. Las palabras que brotaban no eran más que el argumento de unas razones por algo; las que sin saberlo bien le habían obligado a estar allí esos minutos que pudieran no haber existido. Para sí mismo no era, aunque lo fuese, el responsable teniendo en cuenta la fijeza de lo argumentado.
Siguió expresándose. Quizá no debería haber estado o tal vez no lo hizo porque su memoria dejó de guardar aquellos instantes.
Cansado, sin fuerza interior para demostrarse, prefería acabar.
Le indujo a desistir permaneciendo juntos, sin hablar; nada más que saboreando brevemente esa compañía que le daba una cierta tranquilidad aunque su propia seguridad ya le había abandonado antes dejándolo solo; haciendo que tuviese miedo hasta de su pensamiento. El que no deja de inquietarnos.
Rompió el silencio para decirle que nunca supo los motivos. Los culpables de una acción que puede decidir lo posterior para quedar marcado. Empezaron de nuevo y esta vez le pidió perdón; lo hizo, quería estar tranquilo. Todo el tiempo estuvo ajeno y por más que quiso no llegó a comprender lo tratado porque no se veía dentro, no pertenecía a una vivencia a la que no estaba sujeto. Lo sabría.
Alzó la vista como implorando y después golpeó la puerta. Pronto, a un gesto suyo, le cogieron del brazo comenzando a caminar. Sería un paseo sin retorno, no volvería aun sabiendo que aquello no había existido, aunque con la falsedad de siempre, la que todos poseen, no supiera disfrazar su inocencia.

autor Fermosell m.s.

 

Fermosell
Un escrito lleno de un mar de sensaciones y emociones encontradas
donde la melancolía es notable.
Un cálido saludo de Alma Soñadora, es grato leerte

 

Buenas y sentidas letras nos dejas amigo, donde la melancolía
se adueña de tu pluma para poder dejarnos esta inspiración y
disfrutar de una buena lectura de principio a fin.
Ha sido un placer pasar a leerte. Besos y un abrazo. Tere

 

Hola Alma Soñadora, gracias por acercarte para leer este escrito. Es bueno saber que estás cerca.
Un abrazo.

 

Tere, es estupendo tenerte como lectora sabiendo que te agradan mis palabras.
Un abrazo, o mejor dos.

 

a veces vemos lo que no es, saludos

 

Muy cierto lo que dices Marián.
Un fuerte abrazo.