Casandra

Percibo un odio amarillo en la sonrisa
de Dios

-Tengo un regalo para ti, hija mía,
aquí
bajo la lengua del sol
en las papilas donde nidifican las alondras
y las flores perfuman los sueños
de los mártires.
Dime Casandra,
¿en cuál de mis cuatro manos
guardo el puñal?-


He aquí mi pecho desnudo,
sin dobleces ni ratones de ira,
a la medida de todos los cuchillos;
a la medida
de los agujeros negros
de tu alma.

Escucho
un redoblar de gusanos bajo la almohada
del silencio
en el instante del crepúsculo,
bajo los árboles
donde sangran dolor las amapolas.

-Di
Casandra,
tú que has aprendido a husmear
en las bacterias
del cielo
¿qué mitad de mi ser
habrá de dar refugio
a tantos ángeles caídos?-

 

Inquietante y bordado de misterio e intensidad tus versos amiga... imágenes que impactan...
Me ha gustado mucho...te abrazo con todo mi cariño...

 

Muchas gracias, Darkness, por dejarme tu sensible huella. Un fuerte abrazo, amiga.

 

Otra delicia para esta mañana de ensueño, encuentro belleza de principio a fin. Felicidades!

Palmira

 

Hola Marla, nos haces partícipes
compañera del surrealismo más puro y envolvente.
Creas un mundo de enigmas por descifrar
con estos versos excelentemente escritos.
Un beso.

 

Es un poema amplio, amplio en su idea, un rostro de la divinidad que se mezcla con el gris de la tarde, y absorbe el nombre de lo perdido, y se crea a sí como un escudo de la desesperanza. Me ha encantado, querida amiga. Muchos abrazos, Rosa y felicitaciones sinceras.

 

Oh Dios!.... un dios de amarillo odio, un dios muy humano... saludos

 

Hermoso escrito! un estilo muy particular que me ha encantado! un placer conocer sus letras, saludos! y hasta el próximo verso.