Huida

llegará el momento de despedirse
de acicalar el espacio que ocupo
con un nuevo aire
llegará el momento de ahuyentar
a los demonios que cabalgan por mis venas
cortar de raíz la respiración
la trashumancia de este veneno
que circula por mis caminos interiores

mi peor enemigo triunfa con solvencia
batalla tras batalla
limando mi capacidad dentro de mí
y ya solo puedo asumir la derrota

nada es tan real como el dolor o la muerte
nada se esconde en vida bajo esa manga

atardeceres penitentes para ser descritos
o pintados o ignorados
un lúcido esplendor que maravilla sin motivo
que no convence
nada lo hace

los retales desperdigados de la belleza
como un puzle siniestro que recuerda lo simple
lo banal disfrazado de putos destellos

reconocerse en el espejo duele una vida
reconsiderar los planteamientos enraizados
poco menos que imposible a estas alturas

llevo demasiado tiempo huyendo
y estoy cansado de sentirme
de entorpecer el camino a lo inevitable

 

pareciera una constante derrota llevar un conflictivo recuerdo a cuestas
un gusto pasar, saludos

 

Versos que llaman al choque frontal contra el tren de la realidad más ácida.

Me gustó tu poema, Manumalversación, y destaco este verso que me llegó de manera especial:

"reconocerse en el espejo duele una vida"

Mis felicitaciones, amigo. Un abrazo.

 

Qué bueno, compañero,mucho...
Saludos cordiales

 

Excelente versar, cuantas verdades dejas destilando!!
un abrazo

 

Supura dolor cada estrofa. Ese dolor que nos fortalece.

Lykke til

 

La destrucción de lo sumamente cuidado por amor y por instinto, siempre da un revolcarse antes de aceptar, aunque se sabe inevitable. Buen tema que impresiona

Saludos

 

La obra es magnífica y divina la inspiración.