Maldición divina

La tierra devora las dosis de muerte,
y dulcifica las horas de hastío.
Me emborracho en la danza macabra
de mis huesos y tu sangre.

Maldición divina,
condenada a no ver la oscuridad
de los infiernos, a vivir cegada por
el aire que se desliza por mis pulmones
marchitos de tanto exhalar recuerdos.

Ciegamente me dirijo a mi tumba,
sin pasaporte, ni monedas para Caronte.
¡Apiádate de mi dama suprema de
la eterna imposibilidad!

Con las alturas o con las profundidades.
Dicotomía acorde al dialecto de las Erinias.
Sumergida en el llanto de Cyane,
refugiada en los brazos de Hades.

 

Cuando la muerte no termina siendo solución y todavía quedan etapas por salvar... el barquero nunca fía. Saludos cordiales para ti dark-maiden

 

Muy lindo poema ! Me gustó mucho !

Saludos cordiales !

 

Sin duda, la muerte es la culminación de nuestra etapa vital, y lo más favorable es acumular experiencias que nos llenen el intelecto.
Me ha gustado mucho su comentario.
Un saludo.

 

Me alegro de que le haya gustado mi poema.
Gracias por comentar.
Reciba un cordial saludo.

 

Hermosa intensidad traen tus versos amiga...como un cortejo sombrío...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy