Templos agrietados

Templos agrietados


Lentamente, con la levedad del alba
te asomas a mi realidad desde la luz de un cometa,
a mí, que tantas veces me caí a los abismos durmientes
acariciando tu figura trazada con líneas ausentadas.

Pero todavía no, aún la lluvia no deja de azotarme
sigo siendo un animal abandonado, una cueva oscura,
y mi corazón se conserva fracturado fuera de mi pecho,
y mi corazón es un largo precipicio sin fondo ni tiempo.

Yo no sé qué hacer, estoy en medio de una isla
compuesta de arena hirviendo y aguas gélidas,
me ovillo como alguna constelación más del inservible cielo
que abriga mi existencia como una manta empolvada.

Hoy me muevo al galope de la fiebre, al son de los cortejos fúnebres
marcho con los desfiles del delirio directo a los templos agrietados,
una trompeta vierte su cascada de silencio, un tambor tiñe el aire con rocío,
y una campana más sola que un agujero canta su último bronce.

Ya ha partido la esperanza, ni tú puedes salvarme
porque te esperé toda una vida para que nunca llegaras,
y te soñé estando en cada letra de los puntos cardinales
pero en todos eras lágrimas y abrazos al vacío.

No tienes idea lo que es vivir sin vida o mascando el desamor
¡tú, que eres bella! y yo me encuentro anidado al desamparo del invierno
mientras me sepulto tras un clima dormido de nieve ensangrentada,
¡yo destierro a la primavera de mis días por sus traiciones subterráneas!

 

Rotunda proclama existencialista de una realidad que avasalla y se impregnan con las profundidades del sentir y estar encuadrado en su tiempo y espacio con respecto al amor y el desamor. Un caluroso saludo. Con mis mejores deseos siempre para tu vida. Hasta pronto.

 

Gracias compañeros poetas por sus afectuosos comentarios, los valoro y aprecio.

Un caluroso abrazo.

Suyo, Tobare