Necedad

Vivimos por necedad,
no por necesidad.
Es desde el primero de los llantos
que, como exhalando la vida,
advertimos que no queremos estar allí.
Nos aferramos a ese pubis
– primer hogar –,
con cuan valentía, con cual necedad.
Decimos: estar allí no quiero yo.

Y cuando por necios
nos enfrentamos a nuestro paladar;
en una larga batalla con nuestra lengua,
conectamos nuestras primeras oraciones.
Nace el habla: nuestra primera arma.

Del todo necios no fuimos aún.
Pero vertía ya la duda en lo cotidiano.
Al sol de pronto nos quedábamos mirando,
y aunque estirábamos nuestras manos para tenerle,
no poder cogerle uno se cuestionaba.

Luego nos enamoramos.
¡Y allí sí que fuimos rebeldes!
Supimos negar las mariposas,
para luego abrazarlas en la almohada.
Ver el reflejo tuyo en la pupila del otro,
para que luego sea tu pupila la que se ahoga.

Y nos creímos felices por necios.
Pero pronto acaba este suspiro,
que puede durar por mucho tiempo.

Jerónimo Villa / 2021​

 

Un poema con mucha verdad, todos los días nos aferramos a esta vida
a veces ni sabemos el por qué, mi respeto en un abrazo de colores

 

Gracias, gracias, gracias.

 

Muy reflexivos versos, pero la necedad nos atrapa y por el camino nos da diversas emociones que por necedad
en otra vida volveríamos ha experimentar. Grata lectura. Saludos, que tenga una bendecida noche buena y un maravilloso año nuevo compañero

 

Grandes verdades encierran sus versos, los seres somos tan necios que lo que nos haría feliz lo rechazamos y abrazamos todo lo que nos lleva al dolor. A pesar de todo esté "progreso" tecnológico aún vivimos en la edad de piedra con respecto a nuestros sentires y realidades. Profundo y excelente poema.

 

Gracias, gracias, gracias.