Abandono

Que te vas en silencio hacia tu vida
ya lo sé.
Abandonas este amor enfermo
raquítico,
que no se puede, ni podrá ser completo
sin dos manos
una boca, tres ojos,
medio pecho y corazón
a medias,
un cuarto de pulmón.

Afuera está la batahola indiferente
del gentío
que saber bienvivir a medias
comiendo heladitos caseros
mientras,
de la ventana
para adentro,
agoniza entre pétalos marchitos
un sin-adiós
descuartizado.
.
Que te has ido detrás de no sé qué
ni quién, ni cuánto,
ya lo sé. Era tu derecho.
Mi izquierdo, en cambio, era quererte.
Ahora velo
con secas lágrimas de dientes
quebrados
al alma ausente de un amor
evaporado entre los filos
de la inefable realidad.

Llueve sol sobre el ruidoso domingo imposible
bajo el cual enciendo mis candiles
que no se ven
que se malgastan
que aquello y esto
¿qué me importa?
Tú te llevaste las raíces
de cuántas rosas, tulipanes
y claveles...

Y aquí solo queda un poema moribundo
condenado a terminar.

La tarde
La tarde... ¡Ay!
del domingo.
La tarde. ​

César en medio del domingo calcinado, julio de 2023. ​

 

Esta tarde de Domingo llegó a Valledupar con una garúa densa que empaña los cristales. La tarde de Domingo me sucede con esta grata lectura de este entrañable poeta que hilvana versos con un sentir sincero y genuino.
Me ha gustado mucho este poema, mi estimado César... sabes, que con este clima frío que hace por estos lares, me preparé un café que he acompañado con la gratísima lectura de tu obra.
Gracias, mi estimado poeta, por compartir tus letras con nosotros
Saludos y un abrazo grande

 

Muy bueno Don César Un placer leer este poema .

 

Una tarde donde la nostalgia provoca temblores en el alma, un exquisito poema nos comparte, placer recorrer su espacio saludos!!

 

Valledupar, ¡quién conociera Valledupar! Es una de esas regiones de nuestra América (de Colombia, en específico) que siempre me han causado una extraña añoranza. Clima frío, café...

Muchas gracias, mi compa, por todos los pequeños-gigantes privilegios con los que enalteciste mi modesta obra.

 

Con un grato saludo, mi bróder. Gracias por venir a verme. Tal vez sean las brisas marichenses, tan llenas de historia, las que me pueblan.

Un abrazo grande, vale.

 

¡Qué largas y difíciles, sí!

Gracias, Maestro.

 

Don Gustavo, echo de menos a la Martita. ¿Ha vuelto a saber de ella?

Muchas gracias por venir a saludarme... Yo cada vez puedo menos andar por estos lares.

 

Oh, exquisito que es que poetas de su talla sientan placer a partir de algo que uno plasma.

Mis poemas son solo sentires hechos letras. No sé si buenas letras... uno hace apenas lo que puede.

Reciba un abrazo cariñoso de mi parte, por favor.