Esta manía antropocéntrica

Que no yazga tan limitada la extensión del cuerpo
a la posesión tan pesimista de lo íntegro y del todo,
que la imaginación no esté acotada a la idea seductora,
asida al nudo arrastrando la persona con afán de nulidad,
que lo magno no resulte un acto de explotación inhumano,
ni la magnitud de un castigo propinado sobre grandes espaldas,
que lo saturado no sea la saciedad de perversión,
que lo risueño no sea la satisfacción de la ira contenida,
ni el barroco desembolso de la ruindad sobre la palabra,
que no la descuartice la memoria, ni la pisoteen los poemas.


José Luis Galarza (Calchaquí, Santa Fe, Argentina: 2019)

 

Pero qué se puede hacer en contra de ese "yo" tan fuerte.
Un abrazo, José Luis.

 

Ese yo toma su sitio y seguro incomoda. Un abrazo.

 

Gracias Alde, el yo vomitando verdades no necesariamente produce satisfacción. Saludos.

 

Un poema que enciera enormes realidades, que se ocultan a plena vista.
La ciencia de resolver puede terminar generando problemas.
El arte de embellecer puede terminar ocultando la belleza.
Pero la práctica del ombligo centrismo no se alejará del antropocentrismo.
No es cuestión del ser humano, sino la meta de ser mejores humanos.

Geniales letras.