Lucero en la bóveda celeste

Si me miras fijamente,
si me miras mi lucero;
hallaras que ya te espero
en un haz del pensamiento;
que solo fue un momento
que cerraste tus ojitos
y que tus ojos bonitos
ya pueden alcanzarme
y que también van amarme
al despertar de este mito.

Que en esta rueda que gira
en la noche y la mañana
el cielo azul se desgrana
mientras te llama mi lira
y que este mundo conspira
para que estés a mi lado,
seré tu maestro, el hado;
y tú mi gran aprendiz,
de primero ser feliz:
solo escucha mi llamado.