Ningún duende

Tuve miedo, miedo de que no vinieras
para darte cuenta de que sólo pienso en ti,
estuve impaciente por que acudieras
como un ángel para verte junto a mí.

Quiero caminar sobre tus pasos
y envolverme entre tu sombra,
que no te suelten nunca mis brazos
porque el tiempo contigo no me sobra.

Creo en ti más que en cualquier cosa
y mi fe es la fuerza de este amor,
despierta que te ves hermosa,
tan radiante que ya no hay dolor.

Tuve miedo de que vieras que no soy nada,
de que vieras que no soy ningún dios,
ningún duende para la clase de hada
a la que mi corazón no le dice adiós.

 

Ese amor que todos anhelamos. Es nuestra musa miles de veces. Un placer leerte de nuevo Robsalz. Un abrazo con la pluma del alma. Buen día

 

Tienes mucha razón. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Mientras que lo que anhelamos, sea lo que merecemos. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

El embrujo del amor presente entre tus letras, grato leerte
saludos cordiales
Alfredo

 

Es un buen poema. Claro que no eres un dios porque, sencillamente, eres una persona que puede amar.

No sé si quieres un ángel o un hada pero esta puede ser tu hada con tatuajes.



Abrazos Robsalz.

 

Siempre es un placer pasear entre tus letras amigo Roberto.
Un fuerte abrazo.

 

Muy hermoso y melancólico poema. Un placer leerte.

 

Que siga así. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

El placer siempre es mío. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Gracias por pasar Luci. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Con esa hada me conformo. Saludos. Un placer recibirte por acá.