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Carolina Varela Lopez · 6 de Abril de 2025

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Alde · 26 de Enero de 2025

Carolina Varela Lopez dijo: ↑

Quedan cenizas mojadas después de la fogata,
el sabor del malvavisco en la boca;
las ropas empapadas por la lluvia repentina,
y los ojos hinchados;
el eco más sonoro en la casa,
y en el campamento las manchas de hierba y tierra,
el petricor que tanto amabas.
Quedan los trinos en el bosque,
los aullidos de los lobos,
un lago verde donde graznan los patos;
el otoño crece dentro de nosotros
con sus naranjas y sus ocres,
y la raíz amarga del desconocimiento puede herirnos demasiado;
se han roto la brújula,
y el reloj de tu boca cuando me citabas;
otros han pisado nuestras huellas,
las calles han olvidado nuestro vuelo,
en la avenida hacía el mar
otros derraman su éxtasis.
Queda el fantasma de la risa
en las ondas azules de la piscina de aquel hotel;
en cada canción algo desafina;
nadie más dirá que estuvimos locos,
ni que fuimos niños ingenuos
jugando a descubrir el mundo.
En la memoria queda la prenda
de seda que ha perdido un par de hilos,
se resiste al olvido;
y en la maleta, tu pijama nuevo,
el frasco de fragancia fresca,
las semillas de las granadas.
Queda la incierta sepultura;
y mi vida volando hacia tu vida,
y tu vida aquí en mis latidos.
El invierno arremetió con más fuerza
después de nosotros.
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Así nos apegamos al refrán.
Donde hubo fuego, cenizas quedan.

Saludos

Emp · 26 de Enero de 2025

Carolina Varela Lopez dijo: ↑

Quedan cenizas mojadas después de la fogata,
el sabor del malvavisco en la boca;
las ropas empapadas por la lluvia repentina,
y los ojos hinchados;
el eco más sonoro en la casa,
y en el campamento las manchas de hierba y tierra,
el petricor que tanto amabas.
Quedan los trinos en el bosque,
los aullidos de los lobos,
un lago verde donde graznan los patos;
el otoño crece dentro de nosotros
con sus naranjas y sus ocres,
y la raíz amarga del desconocimiento puede herirnos demasiado;
se han roto la brújula,
y el reloj de tu boca cuando me citabas;
otros han pisado nuestras huellas,
las calles han olvidado nuestro vuelo,
en la avenida hacía el mar
otros derraman su éxtasis.
Queda el fantasma de la risa
en las ondas azules de la piscina de aquel hotel;
en cada canción algo desafina;
nadie más dirá que estuvimos locos,
ni que fuimos niños ingenuos
jugando a descubrir el mundo.
En la memoria queda la prenda
de seda que ha perdido un par de hilos,
se resiste al olvido;
y en la maleta, tu pijama nuevo,
el frasco de fragancia fresca,
las semillas de las granadas.
Queda la incierta sepultura;
y mi vida volando hacia tu vida,
y tu vida aquí en mis latidos.
El invierno arremetió con más fuerza
después de nosotros.
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Genial.

viajero de viento · 26 de Enero de 2025

Carolina Varela Lopez dijo: ↑

Quedan cenizas mojadas después de la fogata,
el sabor del malvavisco en la boca;
las ropas empapadas por la lluvia repentina,
y los ojos hinchados;
el eco más sonoro en la casa,
y en el campamento las manchas de hierba y tierra,
el petricor que tanto amabas.
Quedan los trinos en el bosque,
los aullidos de los lobos,
un lago verde donde graznan los patos;
el otoño crece dentro de nosotros
con sus naranjas y sus ocres,
y la raíz amarga del desconocimiento puede herirnos demasiado;
se han roto la brújula,
y el reloj de tu boca cuando me citabas;
otros han pisado nuestras huellas,
las calles han olvidado nuestro vuelo,
en la avenida hacía el mar
otros derraman su éxtasis.
Queda el fantasma de la risa
en las ondas azules de la piscina de aquel hotel;
en cada canción algo desafina;
nadie más dirá que estuvimos locos,
ni que fuimos niños ingenuos
jugando a descubrir el mundo.
En la memoria queda la prenda
de seda que ha perdido un par de hilos,
se resiste al olvido;
y en la maleta, tu pijama nuevo,
el frasco de fragancia fresca,
las semillas de las granadas.
Queda la incierta sepultura;
y mi vida volando hacia tu vida,
y tu vida aquí en mis latidos.
El invierno arremetió con más fuerza
después de nosotros.
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Siempre queda cenizas y aromas de momentos buenos quecs hacen parte de nuestras vidas y se levantan cuando pasa el invierno y esas turbulencias y la distancia ...un placer pasar por tus letras poetisa Carolina Varela L. Saludos cordiales .

Carolina Varela Lopez · 26 de Enero de 2025

Alde dijo: ↑

Así nos apegamos al refrán.
Donde hubo fuego, cenizas quedan.
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Así es, estimado poeta. Cenizas de fuego, de amor, de paz y de enseñanzas. Te mando un abrazo.

Carolina Varela Lopez · 26 de Enero de 2025

Emp dijo: ↑

Genial
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Gracias, querido Enzo. Dos regalos me dio Dios: mi marido y el paisaje, y de los dos dejo huella.

Carolina Varela Lopez · 26 de Enero de 2025

viajero de viento dijo: ↑

Siempre queda cenizas y aromas de momentos buenos quecs hacen parte de nuestras vidas y se levantan cuando pasa el invierno y esas turbulencias y la distancia ...un placer pasar por tus letras poetisa Carolina Varela L. Saludos cordiales
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Muy amable viajero, gracias por profundizar en el texto. Un abrazo.

Medusa · 28 de Enero de 2025

Carolina Varela Lopez dijo: ↑

Quedan cenizas mojadas después de la fogata,
el sabor del malvavisco en la boca;
las ropas empapadas por la lluvia repentina,
y los ojos hinchados;
el eco más sonoro en la casa,
y en el campamento las manchas de hierba y tierra,
el petricor que tanto amabas.
Quedan los trinos en el bosque,
los aullidos de los lobos,
un lago verde donde graznan los patos;
el otoño crece dentro de nosotros
con sus naranjas y sus ocres,
y la raíz amarga del desconocimiento puede herirnos demasiado;
se han roto la brújula,
y el reloj de tu boca cuando me citabas;
otros han pisado nuestras huellas,
las calles han olvidado nuestro vuelo,
en la avenida hacía el mar
otros derraman su éxtasis.
Queda el fantasma de la risa
en las ondas azules de la piscina de aquel hotel;
en cada canción algo desafina;
nadie más dirá que estuvimos locos,
ni que fuimos niños ingenuos
jugando a descubrir el mundo.
En la memoria queda la prenda
de seda que ha perdido un par de hilos,
se resiste al olvido;
y en la maleta, tu pijama nuevo,
el frasco de fragancia fresca,
las semillas de las granadas.
Queda la incierta sepultura;
y mi vida volando hacia tu vida,
y tu vida aquí en mis latidos.
El invierno arremetió con más fuerza
después de nosotros.
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Sí, sí acaso volvernos sobres nuestros pasos o aprender a vivir después de...
El sol siempre sale, aún en invierno.
¡Me gusta leerte!
Abrazo grande.

Carolina Varela Lopez · 28 de Enero de 2025

Medusa dijo: ↑

El sol siempre sale, aún en invierno
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Bello mensaje, querida Medusa. Te mando un abrazo. También disfruto de tu bella pluma, equilibrada y limpia.

Pedro Olvera · 30 de Enero de 2025

Carolina Varela Lopez dijo: ↑

Quedan cenizas mojadas después de la fogata,
el sabor del malvavisco en la boca;
las ropas empapadas por la lluvia repentina,
y los ojos hinchados;
el eco más sonoro en la casa,
y en el campamento las manchas de hierba y tierra,
el petricor que tanto amabas.
Quedan los trinos en el bosque,
los aullidos de los lobos,
un lago verde donde graznan los patos;
el otoño crece dentro de nosotros
con sus naranjas y sus ocres,
y la raíz amarga del desconocimiento puede herirnos demasiado;
se han roto la brújula,
y el reloj de tu boca cuando me citabas;
otros han pisado nuestras huellas,
las calles han olvidado nuestro vuelo,
en la avenida hacía el mar
otros derraman su éxtasis.
Queda el fantasma de la risa
en las ondas azules de la piscina de aquel hotel;
en cada canción algo desafina;
nadie más dirá que estuvimos locos,
ni que fuimos niños ingenuos
jugando a descubrir el mundo.
En la memoria queda la prenda
de seda que ha perdido un par de hilos,
se resiste al olvido;
y en la maleta, tu pijama nuevo,
el frasco de fragancia fresca,
las semillas de las granadas.
Queda la incierta sepultura;
y mi vida volando hacia tu vida,
y tu vida aquí en mis latidos.
El invierno arremetió con más fuerza
después de nosotros.
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Es muy impresionante lo que logras transmitir con este precioso poema, querida Caro. Las emociones adquieren forma y nitidez, arden, crujen, se despeñan. Me ha conmovido profundamente.
Gracia por compartir. Te dejo mi puntuales y respetuosos saludos.

Carolina Varela Lopez · 30 de Enero de 2025

Pedro Olvera dijo: ↑

Es muy impresionante lo que logras transmitir con este precioso poema, querida Caro. Las emociones adquieren forma y nitidez, arden, crujen, se despeñan. Me ha conmovido profundamente.
Gracia por compartir. Te dejo mi puntuales y
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Querido Pedro, me alegra encontrar tu comentario, lo valoro. Te mando mi abrazo de agradecimiento.

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