Un soneto aparte

Cuando escribas la palabra que te inunda,
la más sabia de las letras que recorren
un sinfín de amores ya lejanos,
que se asoman a pedir explicaciones.

No hagas caso a recuerdos imborrables,
ni siquiera a memorias juguetonas
que resuenan en tu mente, que regresan
a cobrar multas de vidas anteriores.

Porque no hay peor amante del que vuelve
a revivir historias del pasado,
que dejaron huellas en el lodo.

No es valiente ser lo que no has sido
ni ofrecer relatos que alucinan.
Elijo ser, en esta melodía, el haber sido el menos mentiroso.

 

Muchas gracias Maramin por tu lectura. Es cierto, no sigue la forma clásica del soneto. Pero a veces prefiero perderme en esos rumbos de ida y vuelta que tiene la memoria, donde el tiempo no es línea sino eco. Por eso lo llamé Un soneto aparte —como quien nombra lo que se sale del molde, pero aún busca su música en el decir.

 

Hermosa imagen la del trampolín. Tal vez este poema sea justo eso: un intento de impulso desde lo que fue, sin acomodarse en lo que duele. Gracias por leer entre las palabras, Alde.