Desde el mirador

DESDE EL MIRADOR

Oh Cielos ved al hombre,
arrastrar esa vacua soledad.
Si sabéis llamarlo por su nombre
miradlo en ese banco en la ciudad.
Ausente el numeroso vecindario,
aun siendo ya de día,
hasta los perros llevan compañía,
y él parece empezar su afán diario.
Y yo que en el calor
de la casa me tomo un café bueno
lo observo desde el alto mirador
dentro de los cristales, medio ajeno
al constante fragor
del batallar del tráfico y la gente.
Tal vez solo con un pequeño aporte
se salve en la jornada el indigente,
cuando otros van corriendo por deporte
de forma diligente,
vestidos hasta el mínimo detalle
—matinal y autoimpuesto protocolo—.
Me distraigo un momento de la calle,
y en la calle me encuentro el banco solo.


Salva Glez. Moles.
20/12/2025.

 

Para esto sirve muy bien la poesía. Denunciar con buenos versos y composición. Me ha gustado.

Salud2.

 

Celebro que hayan sido de tu agrado estas letras. Lo mismo pienso yo, estimado Évano.
Un afectuoso saludo y felices días.

Salvador.

 

Por error he vuelto a “a citar tu comentario y aprovecho la confusión para enviarte de nuevo un saludo cordial junto a mis mejores deseos.

Salvador.

 

Madrid. Un hombre solo en un solitario banco en una mañana fría y temprano, corredores a los que no faltaba un detalle en la indumentaria deportiva y perros en compañía de sus amos, no al revés; y yo, como observador algo ajeno, he de decir, tomando un buen café en un cálido mirador. Este fue el panorama que suscitó estas letras. Millones de gracias por su comentario, estimado Alde.
Con afecto van mis saludos junto a los mejores deseos para estos días.

Salvador.

 

Efectivamente, querido maestro, para sentir tener los ojos abiertos. Eso es lo que ocurrió hace pocos días en Madrid, como todas las grandes ciudades inhóspita para los que están solos. muchas gracias por tus apreciaciones.
Con un abrazo muy fuerte, si cabe, estos días más.

Salva.