Trece

Trece



Para devolverle el curso
a nuestra sangre,
nos vimos obligados
a exorcizarnos del pasado,
a silenciar de nuestras llagas
el antiguo torbellino
de gritos enterrados,
desollar de nuestro espíritu
la matanza de sueños
que atravesaran nuestros ojos

Amordazar mil nombres
y clausurar momentos para siempre,
descuajarnos por completo
la columna vertebral de la verdad,
colonizarnos las mentiras
y fingir que no son ciertas

Para devolverle el curso
a nuestra sangre,
nos vimos obligados
a encadenar nuestros demonios,
a encallar nuestras espadas
en los oceánicos abismos,
de enmarañados caminos nebulosos
claudicar sin tumba,
al profético drenaje
de la venganza pura...
​

 

Felicidades amigo, muy duras tus palbras, pero con mucho sentido...saludos

 

amigo muchas gracias por leerme, un abrazo

 

Excelente compatriota, un poema verdaderamente sutil, profundo, de esos que se quedan dentro.
Un honor leerte.

Besos

Denn

 

Muy buen poema
Un gusto pasar a visitarte
Besos

 

muchas gracias por leerme