En Uno Mismo

EN UNO MISMO


Así como la tristeza atrae a la tristeza,
así los corazones, se buscan así mismos.

Mi espíritu melancólico anduvo mucho tiempo
persiguiendo a la alegría por fronteras muy remotas.

A la cima de una montaña
subí una mañana huyendo de mi nostalgia;
y en la cumbre de su colina,
una parte de mi alma se encendió como una noche
preñadita de luceros;
¿el motivo?
¡el sentir de otro corazón
que llamaba con sus latidos a los míos a lo lejos!

Le llamé. Me respondió.
Le abrí me pecho, le senté en mi mesa;
y le juré amor eterno ante un cielo sin estrellas.

En la cima de una montaña
aquella mañana fui feliz.
Dos corazones latían
-uno extraño, el otro el mío-
en la más perfecta sintonía.

Baje de la montaña con la flor de la esperanza
ondeando en mi bandera:
¡por fin había encontrado la alegría que buscaba!

Pero al llegar al valle… al dejar la cumbre,
¡casi pierdo la razón!
¡Ya no oía aquel latir
que tañía como un reloj al compás de mis anhelos!

Cuando supe que mi ilusión
no fue sino el reflejo de mis latidos
repetidos por el eco,
comprendí que en esta vida
los afanes son engaños
y que la dicha no se encuentra
ni en lo alto de una loma,
ni bajo tierra en un abismo.

La felicidad está en la virtud de los que buscan
la razón de su alegría
en la armonía de su vida
y en lo profundo de uno mismo.


--oOo--​

 

Excelente poema amigo José Manuel!!!!!
Me encató tu estilo de desarrollar tus versos y tu historia!!!!
Saludos!!!!

 

Gran poema y gran verdad lo que transmites. La felicidad no se encuentra ni en las cimas ni las simas. Me ha gustado mucho.
Saludos

 

Algunas heridas se abren y la vida misma termina por sanarlas. Para aplicar en la vida la riqueza que hace el compendio de las últimas cuatro líneas de este poema. Un fuerte abrazo hasta el Mediterraneo.!

 

No había tenido el placer de leer sus poemas...y le aseguro que me ha cautivado...pasearé por sus letras encantada....un saludo con cariño.María.​