De «Las Zonas del carácter»

De «Las zonas del carácter»

1.

Alguno, sí, burlonamente, dijo:
Es mudo, quizás tartamudea.
Tal vez no tiene dientes...
pero no es verdad:
los colmillos me abundan
y, por sed de sangre fresca, muerdo.

A veces me levanto con alguna tristeza
y me olvido de hablar ya, o no me gusta,
o prefiero hablar solo, o no escuchar a otros.

¿Para qué?... si no dicen palabras que sean fértiles,
solares pedazos de lunas en mis olas,
latidos de luces verdes en los árboles,
urgencias comunicantes en los vientres.

¿Para qué, por qué y qué hablan?...
Unos hieren y echar trompadas quieren.
con sus gestos groseros.
Son necios de memoria tan corta
por turbias emociones.

¿Para qué me detienen los apresurados
o me invocan los que siembran el ruido?
No les quiero a mi lado.
Ni les necesito.

2.

Existan sin mí, sigan viviendo...
sin que yo los escuche.
No les pediré nada ni les sirvo.
A las palabras que me guardo,
si acaso las dijera para que consten un día
seguro que las olvidarán al segundo.

Con su actitud ya me apenan y afligen.
No les debo, por tanto, una sílaba.
En aras de humillar, sin motivo, se quejan.
Mi bandera es librey flota a solas,
honestamente al viento.

3.

Sin hostilidad, yo sigo de largo.
Callo porque, en verdad, hay días
en que muero de pena por el mundo,
por ellos, los simpáticos,
padres, hijos, hermanos, dueños
y señores del habla cotidiana,
gregarísimos héroes, farsantes
de los medios comunicadores.

Por audibles se meten en mi casa
sin yo quererlo por agujeros
que provee la radio, el cartel y los televisores.

Entonces, me aburren con sus chistes
y predicaciones, con alarmas solemnes,
con su falta de asombro y su siempre-es-lo-mismo.

En cambio, dentro de mí, hablan
todas mis voces.
Me divierten, me espabilan
(y ahí la paradoja)
y, en insólita y mansa dicha,
descubro que les quiero,
a los otros,
a los sordos que no me oyen.

Saberse así, tan mudo, es mejor
que escucharlos, es predecirles
con quieta plenitud y, a pesar de todo,
quererlos.

23-9-1979 / De «Las zonas del carácter»

http://carloslopezdzur.blogspot.com/2008/02/de-las-zonas-del-carcter.html

 

Tantos poemas suyos me elevan y hoy particularmente encuentro en este un algo que me transmite más allá de mi propica conciencia...infinitas gracias Carlos por regalarnos su maravillosa poética. Un fuerte y admirado abrazo desde mi ventana.!

 

Gracias, Tuti, por esta nueva visita
y sus siempre generosos comentarios.
carlos

 

Fíjate Carlos, que no había llegado leyendo ni a la mitad del poema, cuando pensé "esto parece referirse a los medios" y !Qué sorpresa! era con relación a los medios. Te das cuenta cómo hemos tomado ahora conciencia de lo que ellos son?

Te felicito por tu poema, es la pura realidad de lo que pasa con los pobres a nivel mundial "no tienen acceso a los medios", por ello tienen que morir callados.

Abrazos de Dilia.

 

Muy de acuerdo. La democracia, aún la de mentirijillas, pues suele ser la democracia un carnaval de los dueños del gran capital y de los escaños públicos de «buena paga», se compra a billetazo. La democracia es un negociazo para los esos medios de difiusión masiva al que el votante y vocero de las causas del pobre no tiene acceso.

La democracia se ha vuelto un juego de fascistas. Una estratagema de aparatos publicitarios, ya con la complicidad internacional. Golpes mediáticos, juegos de celebridades, simplificación de los issues políticos, reducción a buenos vs. malos. Un asco.

Se requiere replantear todo el proceso de la representación popular y la distribución del poder.

saludos,
carlos

 

Wuauuu Me Fasino Totalmente Gracias Sencillamente Liberador Como Tiene Que Ser.
Un Abrazo.

 

Tondocua, gracias por esta visita y lectura.
carlos

 

Me fascinan las metáforas con las que has trabajado este poema, en realidad son excelentes.
Me ha encantado este poema.

Un beso y estrellas.

 

Gracias, Roxy.
Con gratitud por tu lectura.
carlos