Una Rosa, Un Mar De Espinas

UNA ROSA, UN MAR DE ESPINAS


Nacía una rosa en silencio,
para no despertar el mar de espinas que llevaba dentro.
Oh cuantos lamentos nacen de la rosa cuando su tallo de espinas se brota,
nadie querrá tocarla,
un mar de espinas la acompaña.
Oh sólo quería nacer en silencio
y que jamás su tallo de espinas se brotara,
para que todos a ella se acercaran.
Oh cruel destino de una rosa espinosa,
todos la admiran de lejos,
mas nadie la toca.
Y ahí está,
haciendo que el jardín se vea más bello,
pero nadie sabe, que ella se siente muy sola,
todas la admiran, mas nadie la toca.
Escucha voces a lo lejos,
¡Miren que hermosa la rosa!,
Sí,
ella todo lo decora,
pero a ella no se le toca
y nadie sabe que se siente muy sola.
Ay y sólo quería nacer en silencio,
para no despertar el mar de espinas que llevaba dentro…​

 

tal vez la rosa, desde tu perspectiva, puede ser el simbolo de aquello que es tan grande que llevamos dentro, que ilumina, que proyecta belleza y que espera - casi en soledad - ser amada por su esencia. Pero yo tengo una teoría (en realidad se me acaba de ocurrir), a diferencia de las rosas, nosotros podemos botar nuestras propias espinas, esas que pensamos nos distancian de aquellos que queremos que nos cobijen, que nos acaricien y nos amen. Porque la belleza que nos viene de muy dentro nunca será una espina... Muy buen poema, que llama a reflexión. Un besote.

 

Ay amigo mío eres genial!!!, que manera tienes de desnudar un poema. No tengo nada que agregar, sólo gracias por estar aquí conmigo.
un besote,
Cecilia