Y después lo que Dios quiera.

Si, capricho del destino, me abandonas
y la luz de neón del Santander
ocupara tu lugar en nuestra cama.
Si los rayos de sol improcedentes,
que me roban la noche cada día,
al entrar se posaran, jodidos por no verte,
en la ausencia que dejas a mi lado.
Si la lluvia tuviera un solo cuerpo
que mojar cuando vamos al cine
y es invierno, y los charcos son mares,
y el asfalto arena,
y nuestro zapatos barcas
que no temen al mal tiempo.
Si algún día no pudiera discutir más que conmigo,
sobre aquella camisa azul marino,
ni me gritas por mi armario “gris desorden”.
Si algún día tu risa fuera de otro,
le daría la mano, mi sincera enhorabuena,
Y en el parque que hay al lado de la iglesia
[SIZE=4]me sentaría a llorar. [/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]Y después, lo que Dios quiera…[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]menos sentirme bien.[/SIZE][/FONT][/FONT]

 

Tus versos son todo un preámbulo a la tristeza y la añoranza... Un placer leerte en tan sentidos versos.

 

Y el que usted camine por ellos todo un lujo. Un abrazo.

 

Gracias. Es un lujo que gente como tü camine por mis letras

 

El Amar...
Todo por aprender, valorar y muy cierto...
Lo que Dios quiera...
Todo un gusto:::hug:::

 

cHELITAS MUCHAS GRACIAS

 

que cierre de caballeros amigo, de poeta, me ha encantado, felicidades

 

Gracias Francisco,gracias poeta

 

Creo que hoy no era el día más apropiado para saborear este poema, me voy al parque que está al lado de la iglesia... Después, ya veremos...
Besos, amigo, me tocas el alma con tu pluma,
Chiqui.-