Las Muertecitas

En delirante exaltación, la ignorancia caza
cincuenta ilusiones de un “saque”, mientras
la frágil realidad se fuga y corre torpe como
raya de orina hacia la cloaca del desencanto.

¡Y llega la fama! Hora de verse cara a cara
con plutón. Quedarse un siglo sin más afecto
que “la merca”. Quemarse dedos, labios, lengua,
mente, en un perpetuo rebatir el desamor.

¡El éxito está aquí! ¡Se compra por gramo!
Quien lo iba a decir. ¡Que se vayan al carajo
los que cuelgan el lujo, hasta el más “trucho”,
alto como presa a la hambruna de los gatos!

¡A la mierda los que ponen por meta, torres
con peldaños que ellos mismos serruchan
al que no aborde el ascensor de los pudientes,
sin la mínima inquietud por lo que causan!

Esas indóciles muertecitas con capucha,
enlutadas “de onda” y “podridas de la vida”,
luciendo en sus atuendos calaveras casi propias
como arrogante simbolismo, (a los doce años).

Locas veletas que apuntan donde sople el vicio:
con tufo a pasta base, marihuana, pegamento,
¡y lo que venga! Y un sino de rejas reventando
de repleto, que crece como infame solución.

Ante ellos perdimos la salvaguarda del respeto.
"¿Que sistema nos ha hecho temerle a la infancia?",
nos preguntamos cínica y desentendidamente,
sabiendo tener tras conciencia la respuesta:

¡Nosotros, los prehistóricamente cómodos,
derivando nuestras cargas al mañoso poder!
Total, los que mandan "saben lo que hacen
y bien nos representan; ya que ahí los pusimos".
​

©Juan Oriental​

Glosario callejero:
Saque: toma de dosis, inhalación.
Merca: droga.
Trucho: falso, ordinario.
De onda: de simpatía, de asunto, etc.​

 

Buen poema. Vanidad de vanidades: qué duro aprendizaje !

mamCArdenal

 

Hola amigo y compatriota, cuantas verdades dichas en unas poca palabras.
Cada verso refleja una realidad de este tiempo que nos toca vivir.
Me gusto mucho tu poema, te felicito.
Te mando un abrazo y te dejo las estrellitas bien merecidas.

 

Así es, amigo: duras cuitas son, maestra y aprendizaje.

Saludos.

 

Un gran gusto el de tu atención y comentario, compatriota, a este poema culpable que se acusa de serlo.

Un abrazo oriental, entonces.