Regalo del alma

Madre esta noche saldré, montando una nube blanca,
a cabalgar los caminos, que me traiga la distancia.
Yo quiero hacerte un regalo, que no valga oro ni plata,
porque no sirve el dinero, para el que no tiene nada.​

Te voy a traer perfume, robado de flores blancas
del nido de un colibrí, plumaje verde esmeralda.
Y de un arroyo cantor,espejo de luna clara,
te pondré en un caracol, el dulce cantar del agua.​

Te voy a hacer un reloj, con un canto de torcaza,
pondré de despertador, el llanto de una chicharra.
Y cuando me queme el sol, de una vertiente sombreada,
te atraparé el arrebol, de la tarde, reflejada.​

Voy a juntarte el color, y el zumo de las naranjas
y desde un jazmin en flor, te llenaré de fragancia.
Le robaré al labrador, su tezón y su esperanza,
y el viento me dará voz, para gritarte mis gracias.​

En un pocito guardado, desde unas cuantas jornadas,
tengo un nidito escondido, que me dejó una tacuara.
será en tu mesa de luz, como alhajero de nácar,
para que guardes los aros, que papá te regalara.​

Ya le pedí a un hornerito, que con un batir de alas,
para ti me haga un hornito, para entibiar tus mañanas,
y la fiesta de su pico, será tal vez, serenata
para que arrulle tu oído, el canto del que trabaja.​

A un escondido panal,voy a tomarle prestada,
la dulzura de la miel, humedecida de escarcha.
Y del oculto ritual,del monte en la siesta larga,
traeré en mi mano cerrada...el silbo de una calandria.​

Al volver, vendré silbando, arreando estrellas plateadas
que te dejaré en el patio, como perlas derramadas.
Y si se me hace muy tarde, para que duermas callada,
pondré un concierto de grillos, que te anuncien mi llegada.​

Mamita, ¡no te despiertes!, antes de que llegue el alba
para que me encuentre el dia, con todo esto en mi ventana.
Yo quiero hacerte un regalo, que no valga oro ni plata,
pero que al dártelo sientas...que te he regalado el alma.​

Marino Fabianesi​

 

Pero cuánta ternura hay en este poema!
Realmente es magistral tu versar.

Un besito, amigo.

 

Seguro que le regalaste vida Mariano; le devuelves un poco de esa vida que ella te dió. Una bella poesía y tantos paisajes naturales como el amor de madre e hijo. Una delicia poeta, sin dudas.

Un abrazo fraternal
Daniel

 

que precioso regalo
que bella inspiracion
bellisimo versar amigo una esquisites
suerte .....ñonguito

 

Gracias Roxi, He pasado muchas siestas en el campo, desde las cuales he traído un poco de fantasia para esos regalos. Te agradezco tu siempre cercana atención.
Un beso...Marino.

 

Gracias Dani, por tu inmensa y cálida amistad, traigo en mi , un niño que ha crecido en interminables siestas de campo. Conversando con los pájaros e inventando juegos
solitarios. De allí viene esta poesía, pensando en qué regalarle a mi madre, que la hiciera feliz.
Un abrazo...Marino.

 

Gracias Ñonguito, es un placer tu visita, y un gran halago para mi, tu comentario.
Un gran abrazo, desde San Pedro, Bs. As., Argentina.
Marino.

 

Muy lindo poema
y ps si tienes razon
los mejores regalos no son
las cosas materiales
te mando un saludo
bye t espero por mis poemas

 

que hermosuras de regalos, son los mejores que hubieras podido dar, tus poemas me fascinan Marino, tienes una pluma de oro.Abrazos como siempre.

 

Gracias compañerita, ¡claro que te visitaré en breve!. Ha sido una gran alegría tenerte de visita.
Un abrazo...Marino.

 

Clarita...no es mi pluma de oro, son tus ojos los que ven, con una mirada profunda.
Te agradezco la inmensa calidez con que te acercas a mis humildes escritos.
Un beso, desde mi corazón...Marino.