Regresamos de caminar

Regresamos de caminar.

No dijimos nada, ni nos miramos.

Andamos evitando terminar.

Solo un sigiloso rozar en dorso de manos.



Te abro la puerta como caballero

Bajas la cabeza en tu ritual tan coqueto.

Dejas tu abrigo en el perchero

al tiempo que sacudes tu cabello.



Te miro en silencio.

Me miras expectante.

De la discusión ni me acuerdo

siento un latido anhelante.



Cual necio me contengo.

Cual Diva te manifiestas.

Los movimientos del segundero

son lentos para ocasiones como estas.



Te acercas, me acerco.

Me retas, te reto.

Te lanzas en tropel a mi pecho,

te levanto a medio vuelo.



Tu vestido no puede con mi bravura.

Mi camisa cae sin botones al suelo.

Tus piernas rodean mi cintura

mientras beso tu cuello.



¡Bendita reconciliación!.

Que nos lleva a decir con miradas

lo que es la atracción

entre personas enamoradas.



​

 

César:

Un apasionado poema, para tenerlo en cuenta
por aquello de las reconciliaciones...
Ojalá así fueran todas..

Un gusto recorrer el camino de tus versos...


Saludos cordiales.

El Armador de Sonetos.

 

que lindo poema, una buena historia de amor... son lindas las reconciliaciones.
Un cariño César, me gustó.

 

Excelente. Breve y conciso. Un dibujo excepcional de lo que tanto y tanto nos sucede.

Saludos y abrazos.

 

Gracias Angel, por leerlo y comentarlo.

Me aventuré a escribir un soneto en el portal de Crítica Voluntaria.
Mucho te agradeceré le des una ojeada y plasmes tus comentarios.

Saludos.

 

No tienen igual, Almita...

Aunque como buen regiomontano... ya no gano para camisas.

A este ritmo, mejor empiezo a utilizar camisas tipo Polo.

Un abrazo.

 

Gracias Jorge, por leerlo y comentarlo.

Saludos.

 

Bello poema.
Las reconciliaciones... son estupendas.
Un beso,
Rosario

 

Gracias MCarmen.

La mujer es una colección de intrigas y seducciones maravillosa.

Saludos.

 

Es la sal de la vida en pareja.

Sin ella no existiriamos.

Saludos Rosario.