Don Demetrio y el arco iris

Doy mi grano de arena que guardo en los bolsillos,
para que el montoncito se haga gigante.

Desde la azotea y con mi tambor de lata;
envío secrecía vibrante y fraterno redoble.

La palabra de nuevo nos da el rumbo venidero;
frutas con bautizo y vapores de arco iris.

Aunque suene cacofónico porque se acerca Noviembre
del frío invernal se levantará de nuevo levadura.

Hoy como ayer se intercambian mascaras,
el mismo guión.

La dignidad es atemporal, la codicia mortal.

El tiempo cambia de piel,
se quita el tatuaje de pléyades del cielo
emprende de nuevo largo viaje.

La tierra, cimbrada y sembrada por el ferrocarril,
saca de su vientre un puñado de luz para que ilumine el presente.
Demetrio Vallejo, con su gesto adusto y overol de maquinista,
sutil suelta al aire una sonrisa.

Ya demostró que se puede dar la lucha y vencer con el cubilete a la muerte;
otros trabajadores escuchan y multiplican su voz y sus voces.
Poniatoska dice” se puede ser lider sindicalista y ser honesto”.

Las obras de Demetrio Vallejo llegan puntal
de nuevo a pesar de un mar violento.

Los de Pascual lo honran con otro espejo.
Entienden la importancia de la suma y el capitel.

La locomotora simplemente continúa untando borreguitos al cielo.

 

Hola Waldo. Creo que este poema debiste colocarlo en el foro de sociopolíticos. Por lo demás, está excelente. Un saludo.