Dejar de construir

Estuve muchas veces, queriendo no estar.
En un trote nauseabundo, me coloqué ida,
en una caminata, mi piel se enfrió,
pero las lágrimas se entibiaron,
nunca fui fuerte como planeé,
nunca fui drástica como debí.
Todos los espectros me acosan por las noches,
o sencillamente las personas que evocan.

Y no estuve ahí, eso nunca sucedió,
nunca fui una víctima de algo tan cotidiano,
nunca superé la lesión sicológica,
tampoco la oculté y nunca, pero jamás sale a flote a veces,
en encierros y recovecos, en oscuras mañanas de domingo,
en salidas a las calles recorridas o en mi mente.

La vacuidad me llena de pesares, de repeticiones malignas.
No fui el próximo paso de nadie, más bien,
estuve atrapada en la jaula de muchos,
que optaron por irse, por largarse,
y yo para salir digna, elegí ignorarlos.

Todo comienza de nuevo, y no sé porqué a veces te culpo,
[FONT=Calibri]de tener que emprender,
[FONT=Calibri]porque te fuiste y no volverás,
[FONT=Calibri]porque me hiciste obligar a irte,
[FONT=Calibri]y ahora estás bien, y yo igual que siempre,
[FONT=Calibri]es una especie de egoísmo, lo sé,
[FONT=Calibri]es lo que siento y no quiere decir que esté en lo correcto.

[FONT=Calibri]Nadie es lo que necesito, porque quizás no necesito a nadie,
[FONT=Calibri]esto no me molesta, sólo las mentiras de lo que podría ser,
[FONT=Calibri]entonces tengo que dejar de cimentar algo que no se terminará,
[FONT=Calibri]ni en millón de años, ni en la novela más romántica…
[FONT=Calibri]Esto no acontecerá.[/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

Qué dilema, hasta cuando seguir construyendo. Entiendo tu poesía poetisa.
Un gusto conocerte.
Saludos.
Daniel