Despedida...

Despedida...

Te entregaste a los brazos de morfeo
sin el permiso de tus padres,
calmado ya tu frío descontento
la mirada volviste atrás, al Ponto.

Pero no habia fin en el horizonte
ni luces que brillaran sobre mar,
solo almas perdidas en el Aqueronte,
sin óbolo y sin nadie a quien amar.

¿Deseas ahora perder otra vez la vida
o entregarte a los rumbos del destino,
que con sorna se ríe de los vivos?

¿O llegaré tarde, y no podrás soltarte
de un raudo Mercurio, o de la muerte
que con su sonrisa, estrangula voluntades?


JavierElorza

 

Adiós cuerpo que se va en silencio
te vas porque el tiempo te reclama
los años no han pasado sin ganas
porque tus huesos no te resisten.

----

Las despedidas siempre de dolores.
Hay despedidas de amor, de amistad,
de vida; incluso despedidadas de muerte.

Tu poema muestra ello, muy bueno. Felicidades