El carro del sol

El carro del Sol

Una tarde Faetón pidió a su padre
el carro de la desgracia, quería
alcanzar el sol y pellizcarlo con su lanza.


De la experiencia del padre Faetón no se fió,
y ya seguro en el cielo quiso alardear su acción.

Por las montañas pasó, con el sol a sus espaldas
y lo que vio destruyó con sus veloces
zancadas.


El Dios de todo el Olimpo desde el cielo le observaba
y cuando lo vio preciso su rayo de luz lanzaba.


El joven voluntarioso del cielo descendió
y cuando llegó a la tierra, sauces llorones sembró.



La historia de su caída nos hace reflexionar,
que no todo el mundo puede sin alas
saber volar.

 

Buen poema. Un placer leerte Melany. Saludos.

Max

 

Jeje, interesantes letras, me sacaste varias sonrisas. Parece que te gusta lo mitológico por lo que leo aquí y en otros escritos.

Es cierto, a veces no se puede alcanzar lo que uno pretende, supongo que sea la respuesta a nuestra sincera vida.

Bienvenida a Mundopoesía.

Un beso