Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Ya que tienes las astillas
y en las casas hace frío
haz una lumbre con brío
y asa una buenas costillas
…y que las pague tu tío

 

Es muy tacaño el tío.
Lo invito y compra vino,
cuando viene en camino,
del cual jamás me fío,
con sabor a nervino.​

 

No conocía nervino
como remedio eficaz
que a los nervios deja en paz
y que parece divino
...aunque el alivio es fugaz

 

La alegría fue fugaz
cuando vino el capataz;
pensaba que era un ascenso
merecido por consenso
pero no me vio capaz.

 

Que no fueras tú capaz
sabiendo escribir quintillas
lo niego yo a pies juntillas
aunque eres muy perspicaz
y escribes en seguidillas

 

Nunca he escrito seguidillas;
picantes como guindillas,
usan la rima asonante
en variaciones sencillas
y con un tono galante.

 

Alguna no es tan galante
y en estos tiempos aún menos
pues hablaban de los senos,
el macho siempre triunfante
y de lindezas, las menos

 

Un dios de las opulencias
se creyó el loco Nerón.
Inició una quemazón
sin medir las consecuencias,
sembrando la destrucción.​

 

Y llegó la destrucción
en forma de niño mono*;
no recibió educación,
nunca subieron el tono
ante la demolición.

*¡Qué mono (por guapo) es mi niño!, dice esa madre a todas horas empezando a crear un monstruo.

 

Si de frío me agarroto
es por la calefacción,
cuyo quemador se ha roto.
Se que chillo sin razón:
otros sufren terremoto.
​

Debe ser un regionalismo de sus lares, estimado Maramín. “Agarroto”, como sustantivo, no aparece en el DRAE.

 

Rima con terremoto
pero en el agarroto
tiene Ermene la razón;
lo busqué con gran tesón
y para el Drae es ignoto.

 

Se queja del alboroto
nuestro maestro Maramín
y no comprende que al fin
pillarle en un verbo roto
nos lo muestra más afín.

 

Son las quintillas ligeras ,
de emociones pasajeras
que conceden un buen rato
enfrente del aparato
sobre todo si te esmeras.

 

He notado que te esmeras
con muy notables quintillas
como tus "cumpas" de sillas
con las estrofas austeras.
¡Pero Señor, qué gavillas!

 

Los define cual gavillas;
encuentro el término pillas
y al Drae yo no refuto.
No hay lugar para rencillas
sí lo hay para el astuto.


Corregido, gracias Gildo.

 

Cuando intento ser astuto
intuyen estratagemas.
Es mejor hacerse el bruto:
El discurso diminuto
no suele traer problemas.​

 

Sabes que me sobrecoges
con tus historias de miedo
cada noche te lo cedo
y tu siempre las eliges
aunque prefiero el enredo.

 

De comedieta el enredo
con que me sales ahora.
Sabe que hacerlo aún puedo
y, celosa, la doctora
dice que me tengas miedo.​

 

Fue su amor de pesadilla,
una auténtica tortura
pues su perpetua rencilla
de la que hiere y humilla
se adentraba en la locura.​

 

Es de absoluta locura
recibir tantas llamadas
a horas no deseadas
y ya no encontrar postura
en las siestas maltratadas.

 

Hablar hoy de maltratadas
es cosa de mal agüero
y siendo en esto certero
mejor hablar de chorradas
o si vos gustais, del clero