Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

He querido encontrar
una joya preciosa e invisible
es falso que el amar
sea algo imposible
sin la pasión carnal imprescindible

 

Tu amor es indecible,
y en círculos de amigos licenciosos
te ven como invencible
símbolo de gozosos
lechos, tan dulces como peligrosos.​

 

Siempre observo los hechos
y les busco la causa que origina
los terribles deshechos,
la detestable ruina,
y temo que hecatombe se avecina.

​

 

Hay viento que camina
llevándose las ganas de un mañana;
un llanto que culmina
al ver tras la ventana
la muerte que cabalga en su campana.​

 

Nos ha vuelto ya el frío,
pues esa alta presión que dominaba,
que nos hacía lío
con golpe* que mataba,
ya la ha roto al ciclón, que hoy nos acaba.
​

*golpe de calor.

 

Cuando el amor acaba
deja un rastro sutil en la memoria
y allí donde reinaba
permanece la gloria
razón para una lira laudatoria

 

“Su amor no es para tanto”,
me dijeron, celosas, las estrellas.
Es que ella es como un manto
de luz que a las más bellas
opaca, disolviendo mis querellas.​

 

Y no es por molestar
que insisto en ponerte bloqueador
pues luego vas a estar
llorando del dolor
que enrojece tu piel con gran ardor.

​

 

Si me llamas amor
y al decirlo no sientes que deliras
solo pido un favor;
no me quemes tus iras
en la olla que bullen las mentiras.​

 

Poquito a poco expiras
al fondo de mi corazón reseco.
Desde el hueco me miras
y mi espíritu enteco
escapa desde el triste recoveco.​

 

Al pie del arbol seco
soñé con encontrar un cofre de oro
lo he gritado y el eco
me respondió sonoro
busca, que la aventura es el tesoro

 

La respuesta sencilla
de la chica increpada de ese modo
abandonó la silla
Dijo, -si eso era todo
no respondo y así no te incomodo.

 

Soy capaz de partirte
tu frágil corazón en mil pedazos
antes que puedas irte.
Colecciono retazos
de las que aniquilé con mis flechazos.​

 

Esta triste balada
la compuse sabiendo que vendrías.
Fue una corazonada
pues aún no existías,
pero sabía que al final te irías.​

 

Sabía que dirías
que tú no eres culpable de mi amor,
que tú eso no querías,
que al sentir mi tremor
te llenaste de intenso resquemor.​

 

¡Qué será en lo que andas,
con look que atraerá testosterona!
De vagar no te cansas,
por la impúdica zona
de esta triste ciudad, a pura hormona.​

 

Ni siquiera un murmullo
oí en mi celular cuando subía
y entre dientes mascullo,
Faraday lo sabía
no entran ahí en sus jaulas ondas guía.

​

 

A explorar sin un quia
las crestas empinadas y boscosas
has ido por porfía
no menos peligrosas
las fieras y las plagas infecciosas

 

Muchar gracias. Arreglado.

 

¿Es cosa del pasado
el COVID, o planea un nuevo ataque?
¡Este bicho malvado
bien que nos tuvo en jaque!
Quizá una nueva cepa se destaque.​