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Un gran Amor dibujas en estos versos poetisa, profunda sensibilidad y emoción bañando el alma con una intensa pasión. Felicitaciones.

 

Genial.

 

Estos versos están cargados de imágenes poderosas y contrastes emocionales que revelan un amor intenso, profundamente arraigado, pero también contenido y contemplativo. A través de metáforas ricas, la poetisa nos introduce a dos facetas del amor: la lluvia, como una presencia persistente e inevitable, y el fuego, como la pasión que puede consumirla.

Primera Estrofa (La Lluvia):

La poetisa se compara con una lluvia inesperada, una fuerza natural que no puede ser contenida ni ignorada. Al elegir no cercar ni proteger, deja claro que este amor no busca poseer ni dominar. En cambio, su presencia es sutil pero ineludible, como gotas que se adhieren sin permiso, permeando cada rincón del ser amado.

El portón encharcado simboliza cómo su amor traspasa barreras y se hace imposible de ignorar, incluso cuando no es consciente o correspondido al principio. Este amor no es agresivo, pero tampoco se borra fácilmente; es persistente, transformador, y llega en momentos inesperados, como el sonido que acompaña la espera de un vuelo retrasado.

En esta estrofa, la poetisa expresa la inevitable conexión con el ser amado, aunque sea unilateral, como si la lluvia estuviera destinada a caer solo sobre él, siendo a la vez refugio y desasosiego.

Segunda Estrofa (El Fuego y el Frío):

Aquí, el tono cambia. La poetisa se dirige al ser amado como alguien que tiene el poder de desatar emociones profundas y contradictorias. La "estructura cristalina" sugiere una perfección casi inalcanzable, algo tan bello como frágil, que penetra hasta los nervios más sensibles de quien ama. El "rayo de sol pegado a sus labios" describe la calidez y el magnetismo que este amor produce, un deseo incontrolable que puede encenderla por completo.

Sin embargo, también introduce el frío, representado por Urano, un planeta distante y helado que contrasta con el fuego de su pasión. Esto simboliza la incertidumbre, la distancia emocional o la posible inaccesibilidad del ser amado. Mientras el fuego quema, el frío paraliza, dejando el alma suspendida en un estado de espera y vulnerabilidad, atrapada entre la esperanza de un nuevo amanecer y el temor al vacío de la noche.

La poetisa se pregunta si ese ser amado, con todo su magnetismo, será capaz de deshacer el frío que la envuelve o si la dejará en ese limbo emocional, donde las aguas se aquietan pero el alma sigue expectante.

La poetisa describe un amor que es a la vez inevitable y desgarrador, un amor que invade, cala y transforma, pero que también deja expuesta su vulnerabilidad. A través de las imágenes de la lluvia, el fuego y el frío, explora las contradicciones del deseo: la necesidad de permanecer cerca, de tocar y sentir, frente al miedo de que esa cercanía nunca sea suficiente o completamente correspondida. Es un poema sobre la entrega total, incluso en la incertidumbre, y la esperanza de que el ser amado finalmente reconozca y corresponda a esa lluvia que solo cae sobre él.

 

Muchas gracias Alde y Malcubo, traté de responder antes, pero tengo problemas con mi celular. Ahora ando en el PC. Agradezco mucho sus comentarios. El amor de pareja se trata de esa entrega y representa un riesgo aun siendo recibido es un riesgo, hay que cultivarlo para que crezca y tenga raíces profundas, es algo que solo llega sin planearlo. Bien ha desglosado el poema Aníbal, a veces nos quedamos con las manos vacías o hay ciertos momentos de incertidumbre, y solo se espera que ese fuego no solo tenga quien lo prenda sino quien lo avive y deshaga el frio.
El fuego es combustión y rozamiento, lo aprendí hace mucho. Y el agua puede filtrarse en cualquier lugar por la persistencia y ser una lluvia impredecible.
Muchas gracias Enzo y Anibal. Abrazos para todos.

 

Profundos y melancólicos versos nos propones amiga Carolina. Es un placer llegar hasta ellos y sumergirse en sus letras.
Un fuerte abrazo desde los cielos de este halcon.

 

Muchas gracias por tus amables palabras, Halcón. Te mando un fuerte abrazo.

 

Cuando amamos y nos aman nos volvemos parte de los elementos que conforman el entorno.
Estamos ahí en todas las cosas.
Es un gusto ir poco a poco descubriendo tu poesía de altísima calidad, Carolina.
Un fuerte abrazo con admiración.

 

uff Qué belleza.

Me encanto la forma...
Creo poeta que de todo lo que te he leído, este es mi preferido.

saludos.

 

Cecy, me honran tus palabras, agradezco mucho encontrar tu sensibilidad, no sólo por tu comentario sino además por tu altísima poesía, tienes fina pluma.
Gracias Sasha, me encanta que te guste, también disfruto tu poesía. Para mí de mis favoritos son Bendición por el juego de palabras y Río Nilo que mezcla historia general y mis vivencias.
Les mando abrazos, apreciados amigos.

 

Si no es para nadie apróntate para el desfile de postulantes.
Un saludo, Carolina.

 

Gracias por comentar, Vampire, me hiciste reír. Aunque le escriba a mi marido aún, él hizo un viaje sin regreso hace año y cinco meses, me resulta algo complejo empezar otra vez, la viudez es algo que no quisiera volver a vivir, me va a tocar conseguirme un chamaco ja, ja, ja. Hablando en serio, lo que tuve con mi marido era muy grande, así que no me interesa exponerme.

 

Muy bellos versos poeta. Me encanta tu propuesta lírica. Un abrazo con la pluma del alma

 

Yo, tan creído que pensé que era el particular, el único que sabía llover sobre tu vida. Que era yo el aguacero urgente, el diluvio, la gota que se colaba hasta por las grietas de tus sueños. Pero mira, qué ironía: tú ni paraguas cargabas. Y yo, queriendo mojarte completo, empapar tu calma, hacerte charco en el pecho.

Pensé que sería yo el poema suelto que se mete bajo tu camisa, el zumbido incómodo en tu sala de espera, el "vuelo retrasado" de tus ganas. Que te iba a dejar empapado de mí, como el sudor salado que te escurre después de bailar una plena bajo un toldo roto. Pero claro, tú tan tú y yo tan yo… yo, tan lluvia, y tú con la ventana cerrada.

Y si yo era el huracán de tus tardes, ¿por qué no se volaron las persianas? ¿Por qué no me dejaste ser la gotera que despierta en medio de la noche, el sonido incómodo pero necesario? Yo, tan creído…

Y luego vienes tú con tu fórmula, con tu maldita estructura cristalina, como si fueras alquimista y yo, un experimento mal hecho. Vienes y desarmas mis palabras, me vuelves vapor con tu mirada de "¿otra vez tú?", como si supieras que siempre termino lloviendo en tus charcos.

Pero dime, si incendiara tus hojas, ¿me dejarías entrar? Si me convirtiera en ese sol que rompe las nubes justo al amanecer, ¿me dejarías calentar tus huesos? O seguirás siendo la trampa, el espejismo, el frío de Urano que me deja aquí, parado como tonto, esperando que me llames tormenta.

Yo, tan creído… pensé que podía llover sobre ti y que te mojaras sin querer. Pero mira, qué ironía: soy yo el que termina chorreando, mientras tú sigues seco, tan seco como la in
diferencia.

 

José Valverde, gracias por tu amable comentario.
José Aníbal, esos versos contestatarios resultaron bastante apasionados, he disfrutado la lectura.
Abrazos queridos amigos.

 

Me ha gustado esa sensación de cercanía y persistencia sin ser notado, suavemente,
"seré esa lluvia intempestiva, la imprevista cuando camine en una calle solitaria"
la lluvia, una metáfora muyemocional,
Feliz año nuevo

 

Preciadas letras Poetiza, muy reflexivas que interiorizan la realidad...Gracias por compartir...Saludos cordiales...

 

Muchas gracias por su amabilidad, Paco y Dante. Abrazos de feliz domingo.

 

Gratamente, descubro tu espacio de letras
donde ¨Mimetizas¨ las emociones de una forma
bien descritas .Aplausos

 

Gracias, querida Narablus, por tu amable comentario. Te mando un abrazo.