Todo eso para decir: mojadura

La tarde -casi cúrcuma- declina
sobre los cerros. El pampero estruja
los alguaciles contra la banquina,
y en un golpe de sal se desdibuja

el rojo de los ceibos. Permanece
no obstante un algo, un vago y triste trino
cuando irrumpe el lucero. Un estornino
huye de la llovizna. El pasto crece.

Entre mis dedos surge una vertiente,
el mapa de un abismo conocido,
la parte navegable del olvido,
un tajo hecho de rimas y aguardiente.

Lo que fue chaparrón será aguacero,
¡pobre de mí sin viento
ni velero!

 

Gracias Alde, muy amable.
Espero que estés recuperado de salud.
Saludos.

 

¡Así sos, Exagerado!
Por un poco de agua hasta los tobillos y un apenas resfriado, Simpático... lo tuyo es grave, grave re.

Un gusto leerte, Poeta.
Abrazo grande.

 

Se sienten los profundos deseos, de quién no pierde la esperanza... por encontrar, un sendero diferente; a lo que ya se palpitó. Me gustó su poema, compañero;

 

Sí, estoy yendo a Exagerados Anónimos dos veces por semana, sin resultados perceptibles.
Gracias medusita, por hacerte la macanuda, no te sale.
Y otro gracias por venir y acompañar

 

Muchas gracias, Iván, por acercarte y dejarme tu amable comentario.

 

Ya sabemos que siempre que ha llovido. ha escampado; yo no me preocuparía más de lo necesario.

Me gustaron especialmente estos versos

"la parte navegable del olvido,
un tajo hecho de rimas y aguardiente."

Te felicito por este buen trabajo.

 

Gracias por destacar esos versos, Callejero, y por haber pasado por aquí; un honor.
Larga vida a Cádiz y su gente.