Me voy a ir yendo

Me voy a ir yendo,
pero me quedo,
como el carbón oculto
que aún respira en la ceniza.
Por si suspiras,
por si antes de la partida
tu mirada tropieza con la mía.

Me voy a ir yendo,
pero retengo la huida,
por si noto que en tus ojos habita
la desdicha de mi salida.
Quizás me necesites,
quizás quieras, sin decirlo,
acompañarme en esta ruta mía.

Me voy a ir yendo,
pero detengo la despedida;
mi voz se queda, suspendida,
con un hilo sonoro pronuncia tu nombre.
Quizás te atrevas
a pedirme en silencio,
Que tú penumbra ya no esté vacía

 

Tu hermoso poema me trajo de inmediato el recuerdo de un bello amor allá por los 33 de mis ya casi 64 ...

"Y me fui esperando que ella me dijera una palabra sin voltear atrás, ¡con sólo una palabra bastaba para dar vuelta y arrojarme llorando de dicha a sus brazos ... pero eso no sucedió; luego empezó un diluvio: el cielo todo cayo sobre mi mientras el suelo hervía y la gente me miraba como un loco perdido...

Pasaron los años y un día me encontró. Bajaba de una escaleras electricas en un concurrido centro comercial. Desde arriba me miraba descendiendo hasta que la vi. Yo que en ese instante la soñaba como tantas veces con los ojos abiertos de pronto me desconcerté, frotándome los ojos no lo creía ¡era una alucinación! Se sentó a mi lado y sin dejarme recuperar por la emoción ¡me dijo tanto! Qué era el amor de su vida, que sufrió lo indecible después que parto, su arrepentimiento, sus penas, su dolor... "eres el ser más hermoso de mi vida"... Pero yo no pude pues ya estaba casado.

"¡Seamos amantes! Le dije que no.
Se me quedó mirando. Ella era muy rica, de finas telas y presencia sin par; hermosa, distinguida sin par. Yo, un modesto empleado de una Empresa de telecomunicaciones, vendedor, modulo de exhibición, etc. Miró mi atuendo frente a su riqueza... ¿Cómo te atreves a despreciarme? Lejos de sentirme ofendido, sonreí teniendo cuidado que no me malinterpretara...

¡Le amo! Yo no puedo traicionarla. No sniego que me tientas y que siempre he pensado en ti, inclusive hace un instante en que creí ver una alucinación. Pero no puedo. Tenemos un hijo al que adoro más que a nada en este mundo. Comprendió.

Me siguió dónde iba, preguntaba por mi y me encontraba. Insistió, se ofendió, me ofendió y anteponía su presencia hermosa señalando mis zapatos modestos. Nada. ... Una de esas me preguntó: "¿Por qué si tuviste al alcance de tus manos toda la fortuna de la familia jamás tomaste ni siquiera algo para ti ...?" Yo le contesté: "¡Porque yo ya tenía lo que más amaba y era el ser más rico y más dichoso de la Tierra: te tenía a ti ...!" Lloro como una niña y yo le consolé sollozando también...

Hicimos las paces ... y un día antes de partir para siempre me llamó: "Antonio, ¡amorio mío! Estoy en el Aeropuerto y te llamo para despedirme ... tengo tu boleto, ven conmigo ... serás el hombre más feliz conmigo ... ven ...!" Al reafirmarle mi convicción, sólo se resigno. "¡Adiós mi vida, adiós para siempre!"... "¡Adiós Irma, y que dios te bendiga ...!"

Jamás ya supe de ella ... eso fue hace ya 21 años... Aún conservo esos viejos zapatos, remendados con su también renovado brillo. Vivo modestamente pero no le debo nada a nadie. Me jubilé y recibo una pensión modesta pero suficiente. Me hago viejo junto a mi mujer. ... En el fondo de mi corazón aún sigue vivo su recuerdo. "¡Ojalá encuentres la felicidad!" Le dije esa vez.
"¡Esa la perdí para siempre ... cuando se fue contigo ...!"

¡Ay, a qué cavilaciones nos lleva la poesía amigo mio ... y tú poema lo ha hecho conmigo?
Gracias. Un abrazo desde México, ¡mi México lindo y querido...!

Anthua62

 

Todo se puede solucionar. Está muy bueno tu poema.
Saludos.