TRISTEZA DE ALBOR

[center:100e6bd6e4]Déjame llorar en tu pecho
todo el dolor que mi alma guarda.
La guerra me muerde con sus gritos
y se deshielan de terror las lágrimas.

Déjame sepultar en tu tierra,
tierra que es cálido abrigo,
la sangre agolpada en mis manos
de ser callado testigo.

Déjame derramar en tu cuerpo
las estrellas que nacieron en las tinieblas,
para que tú las enciendas con miradas
y las tiendas al cielo,
y que limpien la madrugada,
y que tiemblen en el rocío,
y que me llenen la boca
de olvido y de calma,
y que me arranquen de cuajo
este frío.[/center:100e6bd6e4]

 

Me uno al rocío, me dejas temblando. Felicidades.

 

Que hermoso poema, me encantó sobre todo esta frase "Déjame derramar en tu cuerpo
las estrellas que nacieron en las tinieblas" es totalmente bella.

 

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"Son palabras que todos repetimos sintiendo

como nuestras y vuelan. Son más que lo mentado´

Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.

Son gritos en el aire y en la tierra son actos.

de "La Poesía es un arma cargada de futuro", de Gabriel Celaya.


Ah, Viento Azul, mira a quién has convocado.


Con emoción,


Ciela

 

palini y Claire con vuestros comentarios os trocáis en dos globos de helio prendidos en la comisura extrema de mis labios, provocándome una sonrisa.

 

Ciela de mis estrellos, gozo cuándo y cuánto me mimas

 

Peticiones a tu amada, pidiendo estrellas para tu cielo, sus miradas las derraman....muy bonito.

 

Gracias Poroeta, tu acumulada presencia te está convirtiendo en imprescindible aliento.

 

"y que me llenen la boca
de olvido y de calma"

Muy seductor verso aunque evoca tristeza.

Salvador Pliego

 

Bienvenido Salvador, aquí a tus letras.
Nos leemos.