Caminabas con un dejo de otoño esa tarde, mis pasos se imantaron a tu esencia. Eras escultura rubia de curioso desgano. Vi chispa en tus ojos...
Fuimos un paréntesis en el hilo existencial. Un nido de oro que se opacó, un cigarro que no es dios. El ventilador crepuscular da vuelta la página...
Busca la frase final para que me acabes de imaginar, como el sol a su nuevo día, pero sin una dinastía. Para así poder desearme con colores...