10.

Amanece.
He sentido tus manos una y otra vez y ahora me hacen falta.
Quisiera que los minutos contigo fueran escarcha que se lleva el tiempo y que despierta con una sueño eterno y poco realizado.
Eres magia que no comprendo.
Me da miedo que te pegues en mis anhelos y que luego los botes en un río lleno de tiburones y humo encandecerte.
Eres guerra y libertad.
Te has dedicado a mirar y recortar. Borraste el pasado y ahora solo hay presente. No quiero ni puedo empezar a querer.
La madera de mis manos no sirve para amar.
Le da miedo el amar.
Soy igual que tu, pero ahora te encuentras de rodillas, esperando levantarte o que te ayuden a mirar.
Mis imágenes no son suficientes para que la vida se te haga más fácil.
No eres reflejo de mis miedos ni de mi felicidad.
No te pareces a mí.
Mis poesías no son iguales ahora que la ilusión traspasa los límites de mi realidad.
No puedo creer que te dediques a mirar mis ojos y hacerme sentir en casa. De verdad que no quiero comenzar a amar.
A lo mejor los colchones tocarán nuestros cuerpos. A lo mejor serás la charada mejor realizada de mi amanecer.
¿Quién sabe de dónde saliste?
Te metes en mis sueños y robas la espera de mis abrazos. Ahora no quiero refugiarme en los brazos de los desconocidos. No pienso que esto este mal solo que mi cabeza ronda por el círculo de tú alma.
No confesaré mis pecados.
Atreve a seducirme, regrésate a mis adentros. Ilusiónate con mis pasiones y deja que te devuelva a una nueva verdad.
El humo sale y entra de tus pulmones.
Gritas y te desenfrenas.
¿Cómo es que ahora eres parte de mis atardeceres?
El mundo gira hacia el final y yo aún sueño con que todo el dolor de tú alma se borre.
Las mentiras que te han dicho no han hecho mas que calar en la ventana de tú habitación. Cuánto deseo que tú sombra se haga mía...
Tengo tanto que decir y tan poco tiempo para ti.
No hay tiempo que perder ahora que la guerra toca la puerta y las falacias se hacen más constantes en mi habitación.
Las canciones de los ángeles no son tuyas. Los secretos de las sirenas tampoco. ¿Mi nombre? ¿Mi refugio? ¿Mi instante contigo? ¿Mi ilusión matutina? ¿Mi melancolía de invierno...?
Nadie hiere cuando nada es real. Ahora no formamos parte de la realidad.
No quiero perder el control. Eres todo lo que no quiero ser.
(¿Te escuchas cuándo llamas mi nombre?)
No te permitas huir. No me dejes dejar de reír...
Volveré a oír navegantes. Mi canto los entorpecerá. No diré nada.
¿Te quedarás?