33 barras.

Yo soy de esos que cierran los ojos para hacerse el dormido,

de los que ponen la música alta para huir del ruido.

Soy de los que busca mundo interior al son del ritmo

y cuando escribo es porque en el fondo lo necesito.

El folio me entiende, él no me engaña,

el boli a veces me cosquillea, otras me araña.

Hacemos la trampa al reloj para retrasar la guadaña.

Mis escritos curarán mañana

lo que hoy ves que me daña.

¿Sabes? yo no tengo todas las claves,

no voy de premio Nobel,

tampoco imparto clases.

Desde la humildad yo expongo mis bases,

porque son importantes para soportar los engranajes.

La vida golpea, siempre te enseña,

solo avanzas si entiendes sus diarias peleas,

apuesto que no te has parado

a mirar desde la azotea

y lo frágil que el vertigo te hace

cuando más alto oteas.

Somos de vidrio

y ríos de tinto,

mi sangre no tiene mucho alcohol

pero arde de vicio,

soy honesto, yo nunca finjo

me gusta el jazz, el rap,

la poesía y dormir tranquilo,

aunque no me quejo si tus lunares duermen conmigo.

Algún día reconoceré tu piel de memoria como el mejor de los sitios

y veremos juntos soles cayendo por un precipicio

o haré malabares aunque odie los circos


Y si algun día bajo tierra me deslizo


pondré versos en mi lápida, versos de mi mismo.