A recitar

Aun nerviosa,
sudaban las manos,
la gente esperaba,
gente que no sabia de el,
apenas unas palabras,
apenas unos acentos,
apenas de donde venia
y un poco mas de que había muerto.

Vocalice un poco,
calenté la garganta,
deje que el estomago se conectara
con la bomba circular del corazón,

Vestía de negro en aquel tiempo,
mi cabello suelto,
mi rostro pueril y suave,
decidí aventarme al unisono,
con el eco del micrófono,
preparada para recitar
lo que el destino me había marcado
y lo que una maestra de literatura exigía,
una perfecta entonación.

Terminando de recitar,
me baje del escenario,
dándome cuenta por primera ves,
que era un desmayo tal poema,
y que la gente a mi lado supo por
primera ves, lo que era el oler
a gardenias y llorar azucenas,
por que se había muerto un hombre
que hablaba mas allá de un solo corazón.


Aniversario de Jaime Sabines 2001 Preparatoria Nicolas Bravo Zihuatanejo Gro