Almas

Navegábamos a contra corriente
cuando la vida comenzaba.
¿Casi era un juego?
Lo era, pero no sabíamos nada…

Y de pronto, un día cualquiera,
nuestros caminos se encontraron
y nosotros
nos conocimos
en una fecha imprevista,
en una larga jornada…

Y así, navegando a contra corriente
cuando la vida comenzaba.
un día cualquiera,
nuestras almas se encontraron de golpe,
y nosotros, sin saber nada.

Y sin saber nada,
el destino hizo lo suyo:
tejió en torno nuestro los hilos invisibles,
y el amor, navegando a contra corriente,
superó las olas más altas,
mientras nosotros
nos batíamos como podíamos,
en retirada,
luchando contra nosotros mismos,
sin saber que nuestras almas,
a escondidas, se besaban …

Frank Calle (18/ junio/ 2921)

 

Precioso final

 

Muchas gracias Méname, por esas simples pero sentidas palabras. Bienvenida al portal, será un placer contactar en otros momentos.

Un abrazo,

Frank
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Muchas gracias Maramin, respeto mucho sus criterios, y agradezco sus palabras. Leerlas me llena de aire los pulmones... y exhalar, me da la paz necesaria, porque cada nuevo poema nos deja la inquietud de quien atraviesa una amplia avenida, con los ojos vendados...

Un abrazo,

Frank
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Que hermoso tu poema es muy dulce y romántico, es muy lindo
cuando el amor se hace protagonistas de nuestras letras, porque
así debiera ser siempre. Me encantó leerte Frank, gracias por
compartirlo en el foro. Besitos cariñosos apretados en tus mejillas.

 

Muchas gracias Anamer, siempre me dan fuerzas el apoyo que me ofrecen. He estado un poco triste, pues hace un par de días subí un poema dedicado a los abuelos, para aliviar un poco las penas acumuladas, porque lamentablemente cuando nací (y ya pasado casi 73 años) ya los 4 eran fallecidos. Ese poema lo leyó mi nieto (también tengo una nieta, que cumple 20) que tiene de 26 años, y es muy alegre y brillante en su profesión, y me dijo que desconocía esa historia que yo cuento, y que el poema era muy triste. Me dijo además que en toda su vida siempre me había admirado mucho, y eso me derrumbó... Yo nunca tuve un abuelo a quien admirar en vida, aunque sí admiré a mis padres, pero esa ha sido la ausencia insalvable de mi existencia, que trato de llenar con la poesía.

Un abrazo,

Frank
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