Cacería

Cacería
(bilateral)


Se hace difícil, a veces, escribir después de haberlo leído a él, ¡coño!, después de poner el mantel sobre la mesa, acomodar la redoma exactamente en su centro, y haber sido traspasado por las malditas Iluminaciones abrotoñadas, ¿qué puedo escribir?!! Esto, por ejemplo, pero también mucho más, en efecto todo lo que quiera aunque sea imposible de superar, nadie que tenga propia voz puede ser superado. Tampoco yo. Ni vos…, sí sí vos, en algún recóndito lugar debajo de las revistas polvorientas, del caldero de cobre que humea su aserrín bermellón y purpúreo, _enterrado como Troya bajo nueve capas de huesos, quimeras y acerías_, en algún lugar te tienes que encontrar. Mientras tanto piensas en la silla y le das un uso razonable a la maroma. ¡Intacto, la estás usando como collar!, te balanceas entre las diáfanas luces como un epiléptico con bonete… ¡frena frena te ahorcarás!…la espuma en tu boca, las luces encandilado en tus pupilas, ¡pero miren, que entretenida maroma!, payasos, malabaristas e histriones danzando sobre el mantel, tu cuerpo tambalea y se deja caer (de la silla), y mientras ríes mirando lo absurdo de esa tragicomedia de soslayado nivel, distraído pero tal vez no tanto, la cuerda se tensa y tus pupilas contrayéndose ven la tundra infinita reaparecer.

El acto termina abruptamente, casi sin sentirlo, y el público aplaude exultante y se levanta de sus butacas y chifla y se besan (sí, las presas se besan) y arrojan alaridos de placer, ¿nunca, envuelto en tus ópticas, Intacto, has notado que los protagonistas no eran esas tristes marionetas, sino que era tu vida y tu psique la del mas descollado papel?



*Se juega con el doble sentido de la palabra “maroma”

 

Y yo me paro para aplaudir esta obra... Bravo!!!!!!!!!!!!!!!