Castración ambulatoria

Me ha quitado el cafetito,
ni un capricho me ha dejado,
como bajo yo ahora al bar
sin tomarme mi cortado.

Dice que es por la tensión,
que de probarlo ni hablar,
¡qué mala leche el galeno!
como les gusta castrar.

Si ya tengo casi ochenta;
lo del puti-club lo ignora,
yo sigo sus instrucciones,
caminando está a una hora.

Pero él está bien gordito
y esa tos es del tabaco,
mientras yo pasando el mono
sin pisar el bar de Paco.

Desde entonces voy a peor,
la próstata, los riñones,
mi tragaperras, mi fútbol.
¡si ésto es vivir, los cojones!.

¡Venga Paco, un día es un día!
pónmelo con ron cubano,
todavía estoy soplando
cuando entra el matasanos.

¡Qué loco! ¡cómo se ha puesto!,
por poco no me ha pegado
pero la ira es muy mala
para un tío tan cascado.

Ha caído a peso muerto
y se agarra el corazón,
yo me acerco y le susurro:
"éso va a ser la tensión".