Conciencia

¡Quiobo conciencia!

Después de la cuarta cerveza te muestras desnuda

y vacilante frente a

mis ojos.

Es hora de dialogar, de buscar respuestas,

¿Dime pues que es lo que vez?

Soledad, aburrimiento, hastío.

¿Solo eso somos?

y eso seremos

¡ Oye conciencia!

¿ Por qué no rompemos las ligas que nos atan al suelo, a esta pinche realidad?

¿Por qué no salimos juntos en pos de unos ojos claros, para perdernos en el laberinto de una mirada?

¿Por qué no tomar el cielo por asalto, arrojamos a los ángeles al abismo, entronamos al caído en el trono vacío?

¿Por qué no nos declaramos sueños no soñados para tornarnos utopía de suicidas y santos?

¿Por qué no abdicar de la cordura y sumergirnos en la vorágine de la cacofonía del caos?

¿Por qué no aceptar que estamos rotos, que ya paso nuestra fecha de caducidad, que ya no somos, que ya no seremos?

¡Oye conciencia!

Ya no bebamos licor de olvido, mejor recemos a las deidades paganas que habitan nuestra noche, esas que nos prometen la absolución y la caída al unísono, en el mismo latido…