Desahogo

La tarde me ha invitado a la vereda
de un bosque que jamás he caminado,
recorro con mis ojos a lo lejos, las hojas,
las distancias, lo elevado.
Aquí cabe el rugido de mis duelos,
Aquí puedo llorar, lo no llorado,
los hilos del caudal de tantos años ,
la oscura tempestad casi desnuda,
el incendio de mi pecho postergado.
Sí.
Me alzo en la colina a voz en cuello,
cual rayo que atraviese las montañas,
maldigo a viva voz tu fría herencia,
las voces de esperanzas derruidas
y el beso de aquel Judas en mi frente.
Maldigo aquellas manos retorcidas
con pasos calculados y dementes.
No hay perdón, no hay perdón
Ni en la vida, ni en la muerte.

 

Muchisimas Gracias amiga por pasarme a dejar tu dulce huella por mis letras, un abrazo desde mi lejana Patagonia Austral. Ecos

 

Muchas gracias amigo por detenerte y dejarte tu animadores comentarios a mis humildes letras, saluditos desde este extremo Sur de mi lejana Patagonia Austral.

 

Por acá me asomo amigo, por los rincones que logro robar a la rutina, al calendario, si este poema es un desahogo, un grito que debemos dar hasta sacar esas espinas que muchos tenemos ocultos en el alma. Mis Patagónicos y ventosos saluditos y gracias por pasar por mis letras. Ecos.