Desgraciada

En la soledad
de estos días de verano,
ya nada me empuja
a seguir con mi vida.

El chocolate ya no se disuelve
En mi amarga boca,
Ni mido el tiempo
Que se desliza entre mis manos.

Yo veo como todo el mundo se corresponde,
Pero a mi nadie me ve,
Puedo sentir el frío
De cada segundo de tristeza.

Desgraciado el lápiz
Con el que escribo,
Reventado yace
Por esta cruel temporada.

Será que estoy vacía?
O quizá mi corazón se reventó
Al igual que este lápiz,
Quisiera sentirme querida, extrañada, anhelada,
Quisiera no aburrir a las personas
Con mis exclusivos silencios.

Mátame y verás
Que dulce es el sabor
De una mirada de amor.​

 

Me encanto tu poema, bien trazado, buen
sentido y ritmo, felicidades.

En el sufrimiento puedes encontrar tus respuestas.

Un abrazo desde el olvido.

saludos desde barcelona