Discurso infinito

Dejé una nota, una flama argentina cuyo silbido abría tu nombre
pero el viento que todo lo hace herida
la dejó caer
donde nadie despierta
donde la tierra no habita en los zapatos
Nada!
Y yo comienzo a contar la misma historia todos los dias a los locos
las esquinas se llenan de locos
las plazas
el río que llega hasta mi vaso
trae a un loco
Y dejamos nuestra carne
a pedazos para no perdernos;
El amor se deja a pedazos
también
y nos perdemos
y terminamos contando la historia
de una nota de una flama Argentina
de un viento malvado...
y los locos escuchan,
siempre escuchan ...

 

Muy amable Rossmery siempre generosa. Un abrazo. Saludos desde España.

 

Muy amable cariño. La voz resurge de su letargo cuando divisa la bahía.
Besos a tu alma y cuerpo.