estupidos blancos

apenas conseguí la mayoría de edad decidí entrar en aquel bar de jazz al principio todos me miraban mal como si fuese un miserable bicho, no los culpo los blancos han causado mucha desgracia a la gente de color y amenos de que volviera a nacer no podría ocultar mi genética albina mis ojos azules y mis cabellos claros pero y eso que !yo no me considero uno de ellos, apenas y se quien soy a hora menos sabre a donde pertenezco¡.
la primera noche me limite a escuchar y beber un poco mientras el sonido de la trompeta me llevaba al mundo de las notas una tras otra casi que podía montarlas cual domado corcel entre mas perdida la conciencia mas real se hacia el trance en el cual el detonante fue aquel saxo dulce que me hizo extasiar con la primera docena de notas que inundaban mi cabeza. como una represa rota acaba con todo a su paso estos sonidos acababan con mi tristeza y felicidad, mis sollozas debilidades, desvaneciendo virtudes y defectos me llenaba de tranquilidad y quietud el alma. tan poderoso como cuando las lagrimas que derramamos terminan ahogando la pena, algo tan indescriptible emanando del aliento y la dicha pero ala ves tristeza de esos dedos moviéndose con destreza de esa arrugada pero bien cuidada piel de la cual emanan los mas bellos y sollados gestos tan mágica velada entre un instrumento y quien lo toca, tanto amor declarado mientras en sonidos trae a el pasado que efímero va llegando en pequeños trozos que la mente olvido hace mucho el pero el corazón aun recuerda.
las segunda noche consecutiva fue a un mejor cuando presencie a toda esta gente que dejaba su problemática vida en la puerta del chalet para reunirse y festejar sin razón solo por el simple hecho de que son libres y lo manifiestan en alma y cuerpo con pasos alegres llenos de sabor y de historia que se pierden en el desgastado enchape de aquel bar al sur de las desgastadas y maltratadas, viejas ultrajadas calles new york


Continuara.....