Habitación 26.

Fumamos un cigarrillo y te gustó
haber hecho el amor a escondidas
lejos de tu marido y el ruido de la ciudad.
Tomamos un poco
de lo que el viento nos dejó
y lo bebimos gota a gota
hasta que el olvido nos embriagó.
Presos del destino y libres
solo por esta vez.
Dos líneas más allá el corazón
se acelera como un tren
y yo recorro tus vibrantes vías
lamiéndote.
Un oasis de endorfinas
y fantasmas en el placard.
Un oasis de mentiras
que nos trajeron hasta acá.
La venganza fue palabra ausente
los gemidos se incrustan en la habitación
de este hotel de mala muerte
donde nos jugamos la suerte
de no aparecer en los diarios
muertos de pasión
muertos de amor
muertos de odio
pero vivos al fin
desaparecidos en el piso 3
habitación 26.

 

Temeraria escapada que inspira tus letras, el amor nos juega esas
pasadas. Una grata lectura que agradezco hayas compartido en el
foro. Besitos apretados en tus mejillas.