Hermano mío

No creo en tu partida, no.
Porque vives en la sonrisa de tu gente,
a la que enseñaste que vale el sacrificio
y que por ti aprendió a luchar constantemente.

No acepto tu ausencia, definitivamente.
Estas presente en los recuerdos que me invaden,
aquellos días de dicha que parecían eternos, recuerdos impolutos que a mi melancolía persuaden.

No diré que te fuiste, no dudes.
Tus palabras y consejos me acompañan,
nuestras aventuras abriéndonos paso en la vida,
mi fortuna de haber sido y que esta desazón no empaña

No quisiera llorar al escribir estas líneas,
tampoco sentir como se desgarra mi alma,
quiero honrarte con mi mejor sonrisa,
y donde este tu estrella me inundes de calma.

Que sientas orgullo de verme seguir adelante,
que el dolor no impida te recuerde alegremente,
que estoy seguro, aun acompañas mi camino.
Que puedas verme, siempre buscare encontrarte.

En el silencio de mis palabras solitarias,
momentos de angustia donde el consuelo no llegue,
en mi corazón, donde moran nuestros recuerdos,
hermano mío, allí vivirás eternamente.

 

Qué tristeza transmite su poema.

 

Te comprendo ,hace poco pasé por lo mismo y hay personas especiales que siempre,siempre están presentes.Un saludo desde Canarias.