Ideas subjetivas

Mientras alzaban banderas de hipotética
libertad atada a los vicios de los corruptos,
los niños cantaban los himnos del odio
y la demencia.

El país se desmorana bajo cánticos
anacrónicos tintados por el miedo
a perder la tiránica supremacía.

El mundo ha de despertar,
ha de ver que de nada sirven las enseñas
si no hay un futuro de esperanza detrás.

Las fronteras geográficas se difuminan
en este caos generado por la estulticia.
Sociedad politizada que aún no ha aprendido
a ser libre de las ideas subjetivas.

La historia ha de ser objetiva y convertir
los errores en una advertencia de
lo que pudimos ser y no fuimos con
las guerras de nuestra irracionalidad.